La pasarela de la muerte
Siempre le había intrigado esa zona descuidada de la Casa de Campo. Cuando iban todos, enmascaraban los miedos con las risas.
Hoy iba solo. Paró su BH, la apoyó en un árbol, y decidido cruzó la línea.
Sus padres no han perdido la esperanza y cada día reanudan la búsqueda.
Hoy iba solo. Paró su BH, la apoyó en un árbol, y decidido cruzó la línea.
Sus padres no han perdido la esperanza y cada día reanudan la búsqueda.
Uf...qué miedo Amelia. Y además ubicas la intriga en un lugar de sobra conocido. Un abrazo.
ResponderEliminarPrecisamente el germen de este relato es una foto de la Casa de Campo. Gracias por el comentario.
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