Partimos con una ligera brisa a estribor
Bruscamente, nos alcanzó un intenso huracán.
La primera ráfaga nos rompió los dos palos. Un fuerte oleaje nos arrastraba por la popa. Sepultados bajo las aguas, la proa subía apuntando al cielo.
Un brusco descenso nos hundió en el fondo del abismo y desaparecimos.
Cerré los ojos, no recuerdo nada.
La primera ráfaga nos rompió los dos palos. Un fuerte oleaje nos arrastraba por la popa. Sepultados bajo las aguas, la proa subía apuntando al cielo.
Un brusco descenso nos hundió en el fondo del abismo y desaparecimos.
Cerré los ojos, no recuerdo nada.
Hola, Luis. Me parece muy sugerente tu relato. Y lo revistes con imágenes muy potentes. Nos muestras como pueden cambiar las cosas, en ocasiones en un abrir y cerrar de ojos, y como nosotros no podemos hacer nada por evitarlo. Las fuerzas de la naturaleza (o sus trasuntos) consiguen, sin que comprendamos la razón, que la calma se pase al más cruel de los horrores: incendios, terremotos, inundaciones... Buen relato. Saludos y suerte.
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