Pinocho
Cierta mañana, Pinocho despertó con la idea de ser humano. Para ello, se dirigió al bosque a buscar a su hada madrina para que le cumpliera su deseo. Ella le aseguró que podría realizar su sueño siempre que no mintiese en ninguna circunstancia.
Lamentablemente, nuestro pequeño amigo deseaba ser político.
Lamentablemente, nuestro pequeño amigo deseaba ser político.
Aunque no deberíamos meter a todos los políticos en el mismo saco (cómo suena esto), pues cada uno tiene su forma diferente de pensar y de actuar (esto sí no hay quien se lo crea), la imagen que nos llega de una parte aparentemente importante de su gremio es penosa, un día diciendo una cosa y, al otro, lo contrario, y siempre a expensas de lo que le dicten. Y nosotros, a tragar. Mi relato de este mes trata sobre algo muy similar a lo que nos muestras en tu texto: las promesas de algunos políticos y el temor que nos puede suponer tanto su cumplimiento como su incumplimiento. Buena historia. Suerte y un saludo, Manuel.
ResponderEliminarGracias, Jesús, por tu comentario. Tienes razón en tu apreciación. Este relato lo escribí a partir de lo que está pasando en mi país, pero con un poco ironía. Un abrazo afectuoso.
EliminarEligió mal la futura profesión dado su "defectillo". Igual podría intentarlo, total, hay muchos políticos "de palo".
ResponderEliminarUn saludo, Manuel
Muchas gracias, un cordial saludo.
EliminarMe encanta el giro final del "relato".
ResponderEliminarSuerte, Manuel
Muchas gracias, un cordial saludo.
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