Agotado
Se sacudió los zapatos y la corbata según llegaba y se zambulló de un resoplido en el sofá. Incapaz de hilar dos ideas, su pulgar izquierdo cabalgaba sobre el móvil mientras el derecho mantenía entretenida la tele.
—¡Hola, cielo!
—...
—Llevas mucho sin tocar la guitarra.
—Déjame en paz, mamá.
—¡Hola, cielo!
—...
—Llevas mucho sin tocar la guitarra.
—Déjame en paz, mamá.
Como los viejos pistoleros del oeste americano, este singular personaje desenfunda tecnológicamente a dos manos, pero carece de empatía, respeto y una mínima dosis de modales y buena educación.
ResponderEliminarUn dechado de virtudes para cerrar el mes de septiembre que refleja ciertos comportamientos de aislamiento que conlleva nuestro extremo modo de vida tan dependiente de las nuevas tecnologías.
Un abrazo, capitán Álex.
y ese eterno vivir "independientemente" a costa de los padres.
Eliminar¿Adónde se marchan las ilusiones? Ya lo dijo Almodóvar, somos como vacas sin cencerro, dando vueltas por las vidas que no elegimos, pero que se apoderan de nosotros.
ResponderEliminarUna oda a la recuperación del alma perdida. Eso es lo que me ha sugerido a moi y me crea la frustración de saber que no me lo encontraré en la lista de votaciones.
Abracicos, Álex.
Sobresaturación… trabajo, móvil, tele. Un poco de paz sería un buen comienzo… pero en casa te tratan todavía como a un niño. El agotamiento te deja sin reservas para ajustar las respuestas. Es necesario un "reset".
ResponderEliminarMe ha gustado tu relato, Álex.
Un saludo.
Agotado con corbata, "hola cielo"... ¿cuántos años tendrá el niño???
ResponderEliminarUnas observaciones a bote pronto:
- puede estar cansado, pero su madre no tiene la culpa
- la madre lo trata como si tuviera 15 años
- en cualquier caso, las madres suelen llevar razón, y creo que tocar la guitarra le sentaría bien :-)
Siempre sacando historias que nos hacen pensar sobre la vida que llevamos hoy en día, Álex.
Un beso!
No me extraña que acabes agotado Alex... Te envio fuerza (x50)
ResponderEliminarUn relato tristemente certero, enhorabuena.
Un abrazo,
Agotado del trabajo, como también del resto de sus circunstancias. El que aún viva con su madre puede llevar detrás fracasos en las relaciones personales. Las pantallas y el sillón son un camino fácil, pero cortado, que no lleva a ningún sitio.
ResponderEliminarCon unas cuantas pinceladas sabes ponernos en la piel de un personaje atormentado y plenamente actual, con varias lecturas posibles.
Un abrazo, Álex
Sin duda, un "agotamiento" en el que más de uno, dos, tres.... pueden verse retratados. Yo no, eh? ;)) Yo solo tecleo cuando me doy una vuelta por algún blog como éste
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios, así da gusto... Yo he imaginado un becario de 21-22 años absorbido por una consultora/auditora, donde los hacen llevar traje y corbata y les succionan la sangre hasta las tantas. El caso es que el chaval está agotado, pero no solo físicamente ese día, sino psicológica e incluso espiritualmente. Lo podía haber llamado "Alienado", pero quería transmitir que siendo tan joven ya ha perdido su energía interior (veremos si la recuperará), lo que se representa en que era un guitarrista cojonudo y le fatiga hasta pensar en eso, mientras se dedica a rodearse de pantallas como un autómata para distraerse de su propia vida, a la deriva en ese sentido. En fin, que Patricia ha dado en el clavo totalmente ;-)
ResponderEliminarPD: Estas chapas que meto post-relato no sé si se las leerá alguien, pero como ejercicio personal me gustan.
Yo las leo y las valoro. Y, oye, voy a empezar a hacer lo mismo, que creo que soy la mayor culpable de que mis relatos no se entiendan. Por mis comentarios, digo. ;-)
EliminarDeja tus relatos y no cambies, lo complicado es eso dejarlos abiertos para que cada uno imagine que habrás pensado esta vez.
EliminarEl relato de Álex muy bueno, como nos tiene acostumbrados, y si es triste que haya gente así, absorbida por completa por el trabajo que lo único que le aporta es dinero que no puede disfrutar, y sí dejarán una gran herencia a sus hijos pero pocos recuerdos.
Un saludo.
Pues fíjate tú que yo lo había interpretado por el lado de la incomunicación intergeneracional. Ese hijo, ya peludito, que vive con los papis y que prefiere la conexión digital al diálogo personal con sus padres. Aunque, la verdad, ¿quien sabe a veces lo que pasa por la cabeza de un hijo?
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato, Álex.
Un abrazo.
P.D. No dejes de 'dar la chapa', por favor. Esa cabeza tuya genera reflexiones interesantes.
Tiene mucho de eso el relato, por supuesto. El hijo agotado, en lugar de buscar consuelo o ilusión en casa, se limita a mantenerse "conectado" a través de pantallas. Y diría más, le da rabia que le recuerden cuando disfrutaba de la guitarra, porque ahora se ve incapaz de sacar esa energía para tocarla que tenía hasta hace poco, así que ese espejo que le pone la madre, preocupada, lo enfurece de pura frustración.
Eliminar¡Un abrazo! (Y seguiré repartiendo chapas, venga)