Código penal supranacional
Cuando a finales del siglo XXI la ONU instauró la pena de muerte universal para delitos ecológicos, los dirigentes de las grandes corporaciones sonrieron cínicamente sintiéndose superiores. Hasta que se ejecutó al primero de ellos abandonándolo sin agua potable ni comida en la isla de plástico que contaminaba los océanos.
La pena es que aún falta mucho para finales del S. XXI, pero dime dónde hay que firmar para que se apruebe esa ley.
ResponderEliminarMe ha encantado tu relato. Ojalá se cumpla, porque la isla de plástico ya existe, los dirigentes de corporaciones, también y los indeseables que les da lo mismo dejar el planeta hecho un asco... de esos hay a miles. ¡A la isla con ellos y que coman plástico con sabor a mar, que quizá este bueno!
Besos, Aurora.
Tu relato pone el acento sobre uno de los problemas más acuciantes del mundo actual. Drástica la solución que nos propones ante una epidemia a la que todos contribuimos gastando bolsitas de plásticos y envases como si el problema no fuera con nosotros. Lamentable actitud de consumidores la nuestra, mientras las especies de los océanos se ahogan en nuestra basura.
ResponderEliminarbienvenido tu relato justiciero, Aurora. Un abrazo.
Un relato que nos adentra en esa lacra que es la contaminación y que acabará con nuestra forma de vida; tiempo al tiempo. Muy bueno, Aurora. Un abrazo.
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