De la vida de las marionetas
Contempladla en su patético abandono. Tras cada representación, mendiga algunos instantes de reposo. Fue creada siguiendo la voluntad de mis manos; pero, ahora que los años han rendido aún más sus facciones y sus desarticulados miembros, ya no tiene sentido su existencia. Deshaceos de esa furcia, ahora inútil. Deseo descansar.
Al leer tu relato, acerca de un objeto que fue valioso, querido y útil, hasta que a fuerza de degradarse se vuelve un estorbo, vienen a la cabeza muchos otros ejemplos, como la ilusión con la que algunos compran un coche y cómo es desechado sin miramientos cuando queda obsoleto. También puede ser aplicable a las relaciones y hasta a las personas. Tarde o temprano, los hilos que nos mueven pierden frescura, mientras la vida continúa sin que le importe dejar víctimas en su camino, reemplazadas al momento por nuevas figuras con renovados bríos.
ResponderEliminarEsa vida de las marionetas se antoja una metáfora aplicable a toda existencia, cincuenta palabras para dibujar un final siempre triste, que parece inevitable.
Un abrazo, Jesús
Es cierto. Una marioneta un ser envejecido, algo que ya no "rinde" como antes. Muy buena metáfora Jesús, enhorabuena.
ResponderEliminarEn el fondo, todos somos marionetas cuyos hilos manejan otros de mil y una formas diferentes... Estupenda velada a la "utilización" de los seres humanos, presentada con acierto en esta auténtica marioneta. Juguetes rotos, inservibles, en definitiva.
ResponderEliminarUn buen micro. Felicitaciones. Un saludo.
"velada crítica" quise poner
Eliminarde Cristina Aguas. ¿Quién es la marioneta ajada, Jesús? Me he quedado con la duda. En mi interpretación, lo es el protagonista. Un micro que me ha hecho pensar y releer. Un saludo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Ángel, Mº Luisa, Leny y Cristina por leer mi texto y por molestaros en dejarme vuestras amables palabras. En este caso, tomando el título de una película de Ingmar Bergman, traté de crear un texto (basándome muy por encima en parte de su argumento) que nos pudiera hacer reflexionar sobre diversas situaciones. Por citar alguna: el hartazgo que nos causa lo que antes nos pareció maravilloso, el desprecio al más débil del, por lo que pretendo que se intuya, también débil, el pedirle a los demás que terminen de hacer lo que no nos atrevemos, etc. Muchas gracias, otra vez. Saludos.
ResponderEliminarHola, Jesús. Un relato perfectamente entretejido. Es cierto que se pueden adivinar en él todas las posibilidades que tú muy bien nos has aclarado, e incluso algunas más, seguro. Lo que hablamos aquí, con frecuencia; diferentes lectores: diferentes interpretaciones. Me ha gustado mucho, y, como siempre, te felicito por tu particular estilo, que me engancha. Muchos besos, Jesús. Suerte.
ResponderEliminarHola, Jesús:
ResponderEliminarLa marioneta de tu texto lo somos todos. Nos vamos degradando y al cabo lo que queremos es descansar en paz y de una vez tras ser movidos por hilos ajenos a nuestra voluntad. Al fin todo cuanto apreciamos nos fatiga.
Es el tuyo un texto de amplio recorrido y muy para reflexionar hondamente.
Enhorabuena y un abrazo bien grande.