Decisión fatal

El gobernante autoritario, moribundo en su lecho, ya con su último aliento, ordena a su pueblo expectante:

—Este es mi primogénito, él gobernará por mí en el momento de mi muerte.

Exhaló su último suspiro... el pueblo obedeció. El joven gobernante gobernó.

Al poco tiempo no más, no existía pueblo.
Escrito por Luis Escorche - Facebook

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