Deus ex machina
Aunque era fin de semana, Él, creativo por excelencia, estaba como siempre en vena. Tras una intensa jornada, recompuso su figura, esbozó su mejor sonrisa y disparó. No fue como en el big bang, pero salió un selfie divino. Él, con barba blanca, su único hijo y una paloma ensimismada.
Genial, Javier. Simplemente, genial. Me ha encantado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pablo
Solo por la imagen de la Santísima Trinidad endiosada en un arrebato narcisista de postureo ya te aplaudo el micro, Javier.
ResponderEliminarBuenísimo. Un fuerte abrazo.
Que la selfi le salió divina, no se lo puede negar nadie. Que de esa moda y de otras no se salva (con perdón) ni Dios, también es un hecho.
ResponderEliminarSimpático e imaginativo relato, Javier.
Un abrazo
Sencillamente, ¡chapeau!. Palabra divina. Saludos.
ResponderEliminarEn la Trinidad, (Santísima), creo que no todos son iguales. Hay uno que es el que maneja la máquina. Saludos Javier.
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