Historia de una cicatriz
Las puertas, asombradas, se lanzaron al líquido fósil, desenvainaron su límite azul resquebrajado, se clavaron en el limo del fondo. Vistas bajo el agua, sus cuerpos tersos, envueltos en burbujas, palpitaban en compás de crescendo tigre. Este fue el presagio de un relámpago que rasgó la noche. ¡Mira mi cicatriz!
La imágenes que creas son verdaderamente impactantes y generan un universo inquietante. Gracias, Alberto.
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