Humor negro
—Hasta la vista —me dice mi amigo, con una leve palmada en el hombro.
—Te espero mañana, en el piso noveno B, allí tienes tu casa.
—Nos veremos —le respondo, mientras el taxi para frente a mí.
—¿Dónde vamos?
—A la calle once, por favor.
—Espere, he perdido las gafas.
—Te espero mañana, en el piso noveno B, allí tienes tu casa.
—Nos veremos —le respondo, mientras el taxi para frente a mí.
—¿Dónde vamos?
—A la calle once, por favor.
—Espere, he perdido las gafas.
La pérdida de la visión, o un serio deterioro de la misma, resta, y de qué forma, calidad de vida, me consta que tú lo sabes bien. Al mismo tiempo, son admirables las personas que aprender a vivir con ello, sin rehuir la lucha que supone y sin dejar de ilusionarse, e instituciones que ejercen una gran labor al ayudar, amparar y asesorar en este campo. Dicho esto y siendo como es un tema serio, todo puede ser susceptible de tratarse a través del humor, siempre, recalco, siempre, que vaya asociado al cariño y al respeto. En este relato haces algo que dicen que es sano, reírte de ti mismo. Restar gravedad a los asuntos ayuda a asimilar y a superar. Por ejemplo, aunque no es comparable, yo me oriento fatal, pero me lo tomo con todo el humor que puedo y así lo sobrellevo mejor.
ResponderEliminarUna historia con ocurrentes juegos de palabras.
Un abrazo, Gil-Jose María. Y recuerdos
Bueno maestro,
Eliminarpues muchas gracias por tus palabras. Tu gran problema es
el mismo que el de la hija del ferroviario. yo quiero que se compre una brújula, pero ella prefiere seguir perdiendose, o encontrándose.
un abrazo de los dos
El humor siempre es saludable y bienvenido, José María, máxime cuando se es capaz de ejercerlo con uno mismo.
ResponderEliminarAbrazos y besos para los dos.
Carmen, ¿Y la respuesta del espejo? Dicen que el que ríe el último rie mejor ¿Os habéis acabado de reír todos? Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo delos dos.
EliminarResponderEliminar
Has tratado un tema delicado de una forma distendida, jugando con las palabras vista, veremos, gafas, quitando hierro al problema y añadiendo unas gotas de humor de una forma "visible" con un diálogo muy logrado.
ResponderEliminarAplausos, José María
Besitos virtuales para ambos.
Hay veces, Maria Jesus, que el humor me asalta y se esparce por el pael hecho relato pero es un relato que yo no se hacer, porque aún no he conseguido reírme de mi mismo todo lo que necesito. Muchas gracias
ResponderEliminarpor tus palabras.