La oscuridad de un fondo de armario
Sus negras pupilas, largo tiempo dilatadas, se irisaron aliviadas cuando decidió presentársela a sus padres, aunque éstos pasaran del blanco sorpresa al rojo vergüenza intensa.
Seguramente, papá nunca llegue a comprender y mamá culpe a "esa tal Pili", pero ella necesitaba reverdecer para dejarse caer de espaldas sobre el arcoíris.
Seguramente, papá nunca llegue a comprender y mamá culpe a "esa tal Pili", pero ella necesitaba reverdecer para dejarse caer de espaldas sobre el arcoíris.
Hay ciertos temas que, aunque se repitan, siguen siendo originales si se cuentan con la sensibilidad, belleza y maestría como lo has hecho tú.
ResponderEliminarEres un genio, no hay duda. Me ha encantado esa presentación y el poder caer al fin de espaldas sobre el arcoíris.
Dudo mucho que alguien sea capaz de presentar un tema así con tu ingenio y elegancia.
¡Enhorabuena, Antonio!
Pablo
Extraordinario, Antonio. Metáforas de colores para presentar un tema que ha sobrevivido demasiado tiempo en la oscuridad.
ResponderEliminarLuz y aplausos que revientan de admiración.
¡Bravo!
El espectro de los sentimientos reprimidos acaba haciendo eclosión tarde o tempraano; la vida sometida al gris oscuro que etiqueta huraño lo que se debe y es lícito sentir, acaba encerrada en el fondo de los armarios sin color.
ResponderEliminarTu propuesta salta a la paleta con todas sus consecuencias y pleno, el arco iris, sustenta las espaldas de tan valiente decisión. Somos como somos, dioses o demonios, necesitamos la luz y el color como necesitamos respirar. Bienvenida Pili al espectro vital de la vida en vibración.
Ni que decir tiene que la fuerza de tu poética erradica de un plumazo cualquier oscuridad.
Un fuerte abrazo, Antonio.
Tras leer otro gran relato me asalta una duda, ¿quién es su protagonista? Violeta, Rosa, Blanca, tal vez Celeste... jejeje
ResponderEliminarUn abrazo
Una vida condenada a la oscuridad por el miedo al qué dirán, por la posible sanción que la sociedad puede imponer a quien transgrede sus convenciones. Una decisión valiente, con reacciones esperadas de todos los colores, pero también con un reverdecer necesario y un arcoiris final de posibilidades.
ResponderEliminarLos temas para las historias, bien mirado, no son tantos. Lo que distingue y singulariza es la personal manera de contar, la tuya es única.
Un abrazo grande, Antonio
Antonio, qué bien te ha salido este microrrelato; rebosa verdad, coraje y aliento poético.
ResponderEliminarTu protagonista es como una gata harta de maullar su miedo y callar. Ha decidido, por fin, sacar las uñas para hacer frente a su verdad. Resuelta, abre las puertas de un armario en el que no habita ni la luz ni el sol ni el arcoíris, que tan certeramente traes a colación. Harta de oscuridad, humedades y alcanfor.
Es el amor el que le ha hecho creer hasta tal punto en sí misma, a fin de superar miedos y reparos, tantos prejuicios seculares. Ya está decidida a abandonar la seguridad de contentar a papá y mamá. En adelante se centrará en Pili y el arcoíris que ambas acarician y comparten, que acaso entre las dos peinen y todo.
Un abrazo, Antonio.
De la oscuridad a la luz, del negro a la escala cromática del arcoíris, con todo el simbolismo que encierran los colores tan maravillosamente precisos, tus letras vuelven a brillar en este delicado y reivindicativo micro.
ResponderEliminarFelicidades, Antonio. Y un fuerte abrazo.
Escrito, el relato, con las palabras justas y utilizando los colores para sostenerlo: blanco, rojo... arco iris.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Una vez que desgarras tu corazón a la autenticidad de los sentimientos, se abre todo el espectro de colores que te ofrece la vida. Los que no quieren comprender, quedan en un segundo y difuminado plano. Gran relato, Antonio, Enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarLe has puesto delicadeza a la narración de una escena que podía haber sido tensa. Eso es de un genio que juega igualmente bien con las palabras como con los colores. Un abrazo, Antonio. De Cristina Aguas.
ResponderEliminarHola, Antonio, caballero de la palabra en el pecho.
ResponderEliminarTú mismo eres un color diferente con tu escritura. Un lirismo y cromatismo envidiables coaligados con lo reivindicativo. Una aleación que solo puede dar un resultado genial: el que tú consigues en esos bellísimos renglones.
Enhorabuena y un abrazo muy grande.
Mis compañeros te han comentado sabiamente tu relato, .. A mi me has dejado sin palabras,... Una pasada, me encanta. Un abrazo
ResponderEliminarGracias a todos por comentar, compañeros. Vuestra atención merecía una respuesta personalizada, disculpad que no haya sido así.
ResponderEliminarOs agradezco de corazón vuestras palabras. Un fuerte abrazo.