La oveja negra
Hace años nació una oveja blanca. Era presumida, arrogante, orgullosa. Para parecerse a ella, todas las ovejas se tiñeron de blanco. Llegó un momento en que todas las ovejas eran blancas. Bueno, no todas: de vez en cuando aparece una oveja negra tímida, humilde, discreta, que se niega a teñirse.
A veces son las ovejas negras, los versos sueltos, las excepciones, en suma, las que en verdad merecen la pena entre la masa uniforme.
ResponderEliminarUn relato que juega bien con las expresiones, dotando a una, en principio negativa, de una singular dignidad y del reconocimiento que merece, dentro de su franca minoría.
Un abrazo, Plácido
Buenísima y divertida la vuelta de tuerca que has hecho de la ovejita blanca/negra y del tinte ¿careta de la hipocresía reinante que lo cubre todo?.
ResponderEliminarA medida que analizo mentalmente tu texto, estoy sacando más punta y me estoy dando cuenta que es mucho más que un cuento.
Saludos virtuales, Placido.
Que vivan las ovejas negras, tímidas y valientes, a las que solo el tiempo puede teñir de gris!
ResponderEliminarMe gusta el micro.
Saludos.
Plácido, muy agudo tu micro. Qué pena que la mayoría sea presumida, arrogante, orgullosa. Me quedo con esa minoría tímida, humilde, discreta.
ResponderEliminarMuy buen micro.
Saludos.
Pablo
Esas son realmente las auténticas.
ResponderEliminarEs un micro con mucha enjundia.
Un saludo, Plácido.
Quitando el jamón de pata negra y algún que otro supuesto, la calificación negro/negra acostumbra ser peyorativa. No sé si el sesgo hunde sus raíces en el racismo, podría ser.
ResponderEliminarLa oveja negra, protagonista de tu microrrelato, es la diferente, pero no porque se lo proponga, sino por auténtica. Le das la vuelta a su acepción vulgar donde ese color se aplica a lo que difiere del resto desfavorablemente.
Interesante propuesta, Plácido.
Un saludo!
Magnífico micro, Plácido.
ResponderEliminarReivindicación de lo diferente, de lo auténtico, de quienes no "se venden" al mejor postor: a la masa uniforme ("Dónde va Vicente? Donde va la gente").
Felicitaciones.
Tímida pero auténtica, rebelde, la oveja negra que se niega a seguir la moda y la opinión gregaria establecidas, el pensamiento único de este mundo globalizado.
ResponderEliminarUna crítica aguda y profunda, Plácido. Un fuerte abrazo.
Pues me encanta, geniales las ovejas negras a las que ya no veremos del mismo modo gracias a tí.
ResponderEliminarCon frecuencia, la humildad y discreción esconden una riqueza poco apreciada por los que visten los colores al uso. Y no escasean esas ovejas negras, sólo hay que saber encontrarlas. Cuesta, pero el premio merece la pena.
ResponderEliminarPor cierto, tengo delante un texto de pura lana negra.
Enhorabuena por este estupendo micro, Plácido.
Un abrazo.
En una palabra: Brillante. Un micro para quitarse el sombrero, caballero.
ResponderEliminarReciba un cordial saludo.
Bella versión de la oveja negra, Plácido. No dejarse llevar desde la humildad, lejos del orgullo y la arrogancia.
ResponderEliminarUn saludo.
Genial, Plácido, la oveja negra como testimonio de autenticidad. Saludos.
ResponderEliminarUna auténtica genialidad. Vuelta de tuerca a la "mala fama" de la oveja negra. Me encanta!
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