La última copa
Brindo contigo esta noche, garnacha seductora, con el ímpetu y el ansia de un amante.
Danzas en mi boca con cada beso. Y siento en mi garganta tu abanico de sudores, de mujer.
Hoy, que desnudo tu cuerpo y reto los surcos de tu mirada, bebo en silencio tu recuerdo.
Danzas en mi boca con cada beso. Y siento en mi garganta tu abanico de sudores, de mujer.
Hoy, que desnudo tu cuerpo y reto los surcos de tu mirada, bebo en silencio tu recuerdo.
La sensualidad y el erotismo se atraen mutuamente. Si no se funden en el intento, ambos invitan a la escritora o el escritor, los reta, a trabajar las palabras idóneas, bien escogidas y articuladas.
ResponderEliminarAquí, en tu bello microrrelato, Conchita, tú aciertas y sales airosa. Bien!
Un cordial saludo.
Sensorial relato, donde asemejas el efecto vino con el efecto erótico de una mujer recreando cada una de las sensaciones.
ResponderEliminarSuerte y saludos, Conchita
Evocadora copa la que llevas a tus labios, Conchita; de una parte, carnal, y de otra, melancólica.
ResponderEliminarSaludos.