Marcar la diferencia
Las cadenas televisivas celebraron el Día Internacional del Humor sin escatimar recursos. Comedias y chistes llenaban la noche. Solo una apostó por un programa distinto, en el que representantes políticos garantizaban soluciones inmediatas para todos los problemas. Esas dos horas de carcajadas convirtieron a aquel canal en líder de audiencia.
Hola, Ángel.
ResponderEliminarTú sí que marcas la diferencia con un microrrelato lleno de humor fino y vitriólico. En todos los oficios existe el más avispado, y no cabe duda de que esa cadena televisiva nos sirvió la gran payasada: los políticos haciendo de las suyas, es decir, yéndose de la lengua con sus hipérboles, garantizando soluciones INMEDIATAS además para TODOS los problemas. De risa. la monda. Y así se ganó esa cadena la máxima cuota de audiencia. No es de extrañar. Y tú les das un buen repaso por lo fino, insisto, a esos lenguaraces. No podían contra nuestros representantes políticos ni comedias ni chistes: natural. Mejores comediantes que ellos es imposible encontrarlos. Y sus disparates, llenos de comicidad, que la tienen, no conocen techo. Nos gusta reír y que nos hagan reír mucho, y semejante grey lo consigue. A ver sise ponen serios de una buena vez. Y articulan mensajes amparados en la naturaleza de las cosas y en el verdadero bien común.
Mi máxima felicitación por tu texto y un abrazo bien fuerte,
La política debería ser esa práctica altruista, generosa y vocacional, que trata de gestionar de la mejor forma posible los recursos colectivos para beneficiar a la mayoría. Algo nada fácil, desde luego, partiendo de que contentar a todos es una quimera. Lo cual no es excusa permanente para tantas palabras huecas y pocos actos, intenciones ocultas disfrazadas de buenos deseos, procederes contaminados por miradas interesadas y de corto plazo, que pocos problemas solucionan. De ahí las carcajadas de una audiencia que, cansada de promesas incumplidas, no cree en afirmaciones categóricas. Un personaje colectivo que duda por sistema tras decepciones incontables
EliminarMil gracias por tu lectura y por tu lúcida reflexión, Eduardo.
Otro abrazo fuerte para ti
Está escrito en las estrellas: tu humor inteligente triunfa en cualquier formato y extensión.
ResponderEliminarAplausos y abrazos, de los que hacen ruido.
Cuando la realidad nos supera o no parece tener remedio, el humor, desde el respeto, es una forma de escape que quizá ayuda a no llegar a males mayores, o a aguardar sin perder la esperanza de que las cosas mejoren.
EliminarGracias por tus aplausos y abrazos ruidosos. Ahí te mando los mandos.
(Los míos, no "los mandos")
EliminarOh, ya me veía al mando de la Flota Estelar... ¡Larga vida y prosperidad! Pero tus abrazos, también me valen.
EliminarTotalmente de acuerdo en tu respuesta al comentario de Eduardo. Por desgràcia estamos demasiado acostumbrados a las promesas incumplidas que el recurso a la risa se nos hace lo mas evidente. Un relato que nos hace pensar. Abrazos Angel.
ResponderEliminarLa risa y el humor, siempre que no sea chabacano, es un buen recurso. No es que solucione nada, pero ayuda a llevar mejor cargas pesadas, inevitables a veces. Tomarse las cosas por la tremenda no conduce nunca a nada bueno. Lo que no está reñido, en el caso que nos ocupa, con el hecho de que haya que exigir al menos un mínimo de sinceridad y buena fe a los que nos representan.
EliminarMuchas gracias, Pepe. Abrazos
Yo siempre pensé que "El club de la comedia" se había perdido un gran monologuista con Rajoy.
ResponderEliminarSaludos, Ángel.
Tengo por norma no personalizar en ningún caso las pequeñas historias que se me ocurren, así me da la impresión (seguro que vana) de que tal vez puedan llegar a convertirse en intemporales. En el caso de los políticos creo que está más justificada aún una crítica genérica, ya se tiran demasiadas veces los trastos entre ellos.
EliminarGracias y saludos, María
Ángel, irónico micro, con su carga de profundidad. Enhorabuena.
ResponderEliminar"Pan y circo", demasiado semejante a lo de hace veintitantos siglos. En este sentido de lo que afecta a la esencia de la condición humana, poco ha cambiado. Aquí viene al pelo tu comentario: "lo que no tiene remedio..." Cambiar algo han cambiado, sobre todo, los panes, diablos con la infinidad de formatos y versiones del mismo que están a la venta. El circo ya es otra cosa regresiva; me da que el circo de la política se ha reducido a los números de magos y payasos, pero en fundido.
Un abrazo!
"Pan y circo", "pan y toros", pan y fútbol"... Cambian las modas y maneras, evolucionan las formas, pero la esencia humana se mantiene. Ocurre que la gente, en general más informada y, sobre todo, desengañada, ya no se cree todo lo que le cuentan, de hecho, desconfía por sistema. Cuando hay discrepancias entre lo ofrecido y el resultado, más pronto que tarde se revela el teatro y el artificio. No pedimos a los políticos que hagan magia ni nos entretengan con un estudiado espectáculo, solo que sean coherentes y honestos.
EliminarMuchas gracias, Carmelo. Un abrazo
No es de extrañar que este canal de televisión tuviese tanto éxito. Dejando a un lado algún político honesto, que los hay -como el lobito bueno y otros seres soñados por José Agustín Goytisolo-, en general ofrecen un espectáculo digno del Club de la Comedia o del Teatro del absurdo: ni los problemas tienen fácil y rápida solución, ni tienen interés en solucionarlos; además, saben que lo sabemos.
ResponderEliminarUn excelente micro cargado de crítica y de humor refinado, Ángel. Un fuerte abrazo.
Se agradecería menos gestos, dejar las representaciones para los profesionales de la escena, y más hechos concretos, aunque fuesen pocos y modestos, pero ya sería algo. Lo peor de todo, como bien dices, es ese empeño en seguir la misma pauta de decir y no hacer, vender humo, cuando saben que lo sabemos.
EliminarMuchas gracias, Carmen. Otro abrazo fuerte para ti
El reduccionismo simplista parece ser una técnica atrapa bobos de la mayor efectividad según puede apreciarse por sus resultados. Los más poderosos gobernantes están donde están hoy en día por haber prometido lo irrealizable, y luego, con la misma facilidad se han apeado de sus compromisos sin despeinarse; dejando, eso sí, un socavón de considerables proporciones económicas, éticas y morales para los propios que les votaron y los extrañados, que sin haberlos votado lo han sufrido igualmente.
ResponderEliminarSabes dar siempre en el meollo de las cuestiones con un estilo tan personal que nos haces disfrutar de lo lindo con el humor corrosivo de tus textos y, a la vez, nos pones a reflexionar haciéndonos conscientes sobre cuestiones relevantes que influyen en nuestras vidas, ¡y de qué forma!
Creo que a conseguir estos objetivos con un texto de cincuenta palabras se denomina ARTE, así con mayúsculas. Como muestra valga este cincuenta, y si no, cualquiera de los que nos llevan alegrando la existencia mes a mes.
Esto y un fuerte abrazo, Ángel, un placer refinado degustar tu relato.
Los problemas complejos no pueden tener soluciones simples, pero a veces, como tan bien has contado, nos conformamos con unas palabras que suenan bien, ya habrá tiempo después para que no se cumplan. Muchos ciudadanos, comprometidos con la democracia, el menos imperfecto de los sistemas, pese a todo, salen a votar con la intención de hacerlo "al menos malo", porque bueno y sincero, ninguno. Tan triste como real, como el hecho de que cuantos más años pasan más suena todo a lo mismo y más nos desengañamos. Pese a todo, no perdamos la esperanza de que aparezcan alguna vez políticos algo más honestos, íntegros y cabales, hay pocos casos, pero nada es imposible.
EliminarLa existencia nos la alegras tú a todos con tus relatos y tus comentarios, Manuel. Nos has acostumbrado mal, porque seguro que muchos, al igual que yo, hemos echado de menos tu puntual relato-resumen mensual con los títulos de los seleccionados.
Muchas gracias, Manuel, así da gusto escribir.
Un abrazo fuerte
Indudablemente lo que llevó al canal a ganar la máxima audiencia fué el apostar en exclusiva por el humor negro, en todo caso estaría bien que rotasen un poco los humoristas pues ya los tenemos muy vistos a todos, ya que incluso cuando alguno se va siempre termina siendos sustituido por otro al que ya conocíamos y hace el mismo tipo de gracias, pero es lo que tenemos, una panda de graciosillos que no se cansan de hacer payasadas (con perdón de los payasos, profesión admirable), aquellos nuncan incluyen en su actuación aquello de "¿COMO ESTÄN USTEDES?, pues saben de sobra que la respuesta no les iba a gustar.
ResponderEliminarMagnífico relato Ángel con crítica incluida. Enhorabuena
Humor negro o, también, reír por no llorar, un género híbrido entre la comicidad y la impotencia de ver cómo los políticos viven inmersos en un mundo particular, que poco tiene que ver con el papel de representación de los intereses generales que les hemos confiado. Dicen estar cerca de la sociedad, escuchar a la calle, pero ya no les creemos. La indignación o la risa irónica es lo que provocan. Nada que ver con los payasos y los cómicos profesionales a los que con acierto aludes, esos si que nos hacen la vida más llevadera.
EliminarMuchas gracias, Irreverente. Me alegré al ver tu cronista seleccionado en agosto.
Un abrazo
Estoy de acuerdo contigo en cuanto que el mejor humor es el "no previsto" como tal y eso también le llega a la gente. Lo uno es lo previsto/preparado, lo de los políticos, probable.
ResponderEliminarEsa sensación me recuerda lo que me dijo un amigo músico de profesión: Quien más disfruta de la música es el aficionado. El profesional ha de dedicar muchos esfuerzos, horas y jornadas laborales. El aficionado, principalmente, disfruta cuando y porque le apetece.
Magnífico relato, como de costumbre, amigo Ángel.
Dos fuertes abrazacos.
Muy interesante y cierta tu reflexión. A veces nos reímos más, aunque en este caso sera un risa movida por la ironía y un poco la desesperación, de lo que no teníamos previsto que de aquello preparado para que lo hagamos. Una vez escuché decir al gran Forges que los mejores cómicos que él conoció no eran profesionales, se los había encontrado en la calle, o en el metro. Si lo de los políticos nos lo tomásemos por la tremenda sería mucho peor. Reírse es una opción preferible, desde luego.
EliminarDos abrazacos fuertes, amigo Isidro
Me parece brillante el tomar la guerra por la audiencia televisiva con programas de humor y culminar con un excelente golpe de sarcasmo el microrrelato. Muy acertado además en estos tiempos en los que oímos y vemos tantos disparates de parte de esos humoristas de pacotilla que, por llevarse, se llevan hasta la audiencia de los profesionales.
ResponderEliminarExcelente, amigo Ángel.
Abrazo.
Pablo
Es irónico y triste que terminemos riéndonos de quienes han querido dedicarse a las cosas más serias, las que nos afectan a todos, con las que no se juega, mientras tratan de perpetuarse en algo que debería de ser temporal. Humoristas de pacotilla es una buena definición. Como dice Serrat: "Entre esos tipos y yo hay algo personal".
EliminarMuchas gracias, Pablo
Un abrazo, amigo
El sentido del humor es la más efectiva e indolora forma de revolución. Es un sentido que detecta el ridículo de quién pretende engañar de forma burda e interesada. Solo hace falta tener también desarrollada la capacidad de criterio cuando ese ridículo lo hacen 'los nuestros'.
ResponderEliminarDivertido y lúcido relato, Ángel, cualidades muy difíciles de combinar y que tú consigues con pasmosa facilidad.
Una nueva delicia, compañero. Enhorabuena.
Un fuerte abrazo.
Las solemnidades impostadas y las patrañas encubiertas quedan en evidencia y se desdicen por sí solas cuando pasan por el filtro del humor. Una herramienta que, cuando se realiza con buen gusto y fundamento, puede ser muy esclarecedora y, como muy bien apuntas, debe ser aceptada y respetada, tanto cuando afecta a otros como cuando nos toca, de alguna manera.
EliminarMil gracias por tu lectura y tus palabras, Antonio, son un regalo, no menos que tus relatos. Estoy deseando leer el próximo.
Otro abrazo fuerte para ti
Ironía con gotas de sarcasmo para adentrarnos en una certeza, las mentiras desmedidas como pábulo a nuestra ilusión de que las cosas pueden mejorar. Pero la fe ha dado paso a la risa que ya nos producen esas falsas palabras. Muy bueno, Ángel. Un abrazo.
ResponderEliminarComo bien dices, hay personas que se especializan en ofrecer ilusiones. Tras desengaños continuos por parte de individuos diferentes a lo largo del tiempo, esas palabras huecas que buscan aplausos solo producen ya una sonrisa irónica.
EliminarMuchas gracias, Salvador. Un abrazo
¡Qué bueno, Angel!. Has logrado con lo mínimo, plasmar el universo político televisivo de promesas y mentiras con el que nos regalan y atacan nuestros delicados oídos. ¡Menos mal que aún nos queda la risa para desahogar nuestra incredulidad!.
ResponderEliminarDe rabiosa actualidad tu propuesta.
Saludos afectuosos
A veces dan ganas de preguntarse cuántos políticos honestos hay, como también si alguien cree a pies juntillas en sus proclamas, o si ellos piensan que con ellas, realmente, van a captar partidarios. La respuesta debe de ser que sí a todo, si no, el sistema se tambaleraría y tampoco queremos eso. Además, en el fondo, el ser humano, por lo general, nunca pierde del todo la esperanza.
EliminarMuchas gracias, María Jesús
Saludos afectuosos
Asunto serio el del humor, yo creo que un poco más de humor nos podría salvar de muchos de los estropicios que los seres humanos vamos haciendo por el mundo, nuestro Cervantes fue de quienes mejor lo comprendieron, como puede deducirse tras la lectura y relectura de esa obra inagotable que es El Quijote.
ResponderEliminarCreo que genios del humor es de lo que más necesita este mundo, y de esos hay muy pocos en mi modesto entender, lo que más abunda es el ‘humor’ chabacano y vitriólico que da vergüenza ajena oírlo.
En tu microcuento le has dado una vuelta de tuerca a todo eso, y dentro de su ironía y hasta de su pequeño sarcasmo creo que esconde un tanto de amargura; ya que lo que les ocurre a los espectadores de esa cadena que apostó por darles cancha a los representantes políticos -los cuales, como suele ser habitual en ellos, se dedicaron a mentir como bellacos- es que rieron por no llorar, pues, a poco que uno tengo el menor sentido crítico y un poco de lucidez, al escuchar una y otra vez las mismas promesas que uno sabe con toda certeza que no podrán cumplirse, siente un malestar que, para echarlo de sí, quizá necesita una carcajada liberadora.
Cuando veo imágenes de mítines en las que los asistentes, a veces miles de personas, aplauden cualquier simpleza, se entusiasman con cualquier promesa que ya se la han oído decir decenas de veces a otros políticos que las incumplieron, me invade cierta perplejidad, y no llego a entender ese forofismo; pues, en lo que me atañe, de entrada no me caso con nadie, y luego, mi sentido crítico se afina con quienes considero que están o deberían de estar más cercanos a lo que pienso, y verles hacer lo mismo que criticaban a sus oponentes, y oírles repetir las mismas cantinelas vacías me deja el magín más espongiforme que el de una vaca loca, y la decepción que me producen me deja más escéptico que Pirrón, Diógenes el Cínico y compañía.
En fin, quizá habría que retrotraerse hasta Pericles para escuchar un discurso con algo de chicha, y eso quizá porque lo reelaboró Tucídides para incluirlo en su libro La guerra del Peloponeso.
Y lo malo de todo esto es la enorme importancia que tiene la política para el bienestar de los pueblos y, incomprensiblemente, al frente de ella hay individuos lerdos y zafios, cuando no canallas puros y duros. ¿Puede uno imaginarse a alguien equivalente dirigiendo una orquesta sinfónica?
Así que has tocado un tema que por frustrante que sea forma parte de nuestra vida diaria y es imposible escapar de él, pero siempre nos quedará el humor y la fantasía, también la camaradería.
Un fuerte abrazo, Ángel.
De acuerdo en todo contigo, Enrique, aunque yo no sea capaz de expresarlo con tanta riqueza de matices. La política, las prácticas de quienes nos representan, son algo fundamental desde que la Humanidad comenzó a organizarse. La impotencia de ver cómo quien debería tratar de volcarse con generosidad en una labor tan noble, al tiempo que compleja, nunca parece del todo cualificado, y sus intenciones suelen ser difusas, provoca una inmensa decepción. Por suerte, la posibilidad de cambio democrático siempre está presente (y bien que condiciona su proceder) pero a menudo las posibles alternativas tampoco parecen la panacea. El resultado es una sociedad cansada de palabrería hueca, que prefiere reírse, aunque sea una risa triste en el fondo, que tomar a la tremenda una realidad enquistada, preocupante y sin visos de cambiar.
EliminarEl humor de verdad es algo mucho más serio y respetable que la sonrisa irónica que nos producen estos aficionados de la comedia y, lo que es peor, de la política. Como bien dices, la cualificación que se exige para otros muchos menesteres aquí brilla por su ausencia. Estamos viendo que para llegar al poder a veces es suficiente con soltar cuatro mensajes simples, que calan en una parte importante de la población que se los cree y en otra cansada de todo, que les vota por puro despecho. Pericles, Castelar... aunque dijesen una cosa y luego hicieran otra, al menos se les podía escuchar.
Mil gracias por tu lectura, por tu siempre enriquecedora reflexión y por tu tiempo.
Un abrazo fuerte, Enrique
¡Pero qué grande eres, Ángel! Tú sí que sabes marcar la diferencia.
ResponderEliminarIronía en estado puro con altas dosis de actualidad.
Chapeau!
Enhorabuena, un beso.
Malu.
Tan grande como gratamente diferente, así se te podría definir a ti, Malu, y a lo que escribes. Como muestra de ello, tus cincuenta palabras de este mes, que acabo de leer.
EliminarMuchas gracias y un beso
Humor sobre el humor. Muy bien construido el microrrelato, Ángel. Ya tenemos algún programa de televisión que parodia a los políticos, pero la realidad superaría por goleada a la ficción.
ResponderEliminarUn saludo.
Ha habido y aún quedan programas que nos sacan una sonrisa cuando parodian a los políticos. El humor es un género serio y difícil, pero cuando la materia prima son ellos seguro que a los cómicos les resulta más sencillo, porque casi se lo dan hecho.
EliminarMuchas gracias por tu lectura y por tu comentario, Josep María
Saludos
Cuánto me gustan tus cócteles Ángel, una pizca de originalidad, un buen montón de ingenio, gotas de crítica, ralladuras de humor fino, y todo bien agitado, para degustar con tranquilidad, un deleite.
ResponderEliminarUn abrazo.
No es una pregunta que me hagan mucho, pero si alguna vez alguien quiere saber por qué escribo, les pediré que lean este comentario. Voy a guardarlo, para leerlo yo también en los ratos tristones.
ResponderEliminarMil gracias, Paloma.
Un abrazo