Mediterráneo
Otoño. La gaviota recorre la playa entre desperdicios y bolsas de plástico. Picotea un brillante aro de plata y echándose a volar lo tira al agua.
Aquel verano supuso el final de todas sus ilusiones, viejos recuerdos y sueños imposibles. Olvidados ahora como el anillo en el fondo del mar.
Aquel verano supuso el final de todas sus ilusiones, viejos recuerdos y sueños imposibles. Olvidados ahora como el anillo en el fondo del mar.
Lo que se tira al fondo del mar no desaparece. Siempre termina regresando a la orilla. Como los recuerdos. Acaban aflorando. Pero como todo gira, la gaviota vuelve a tirarlo al mar. Y volvemos a empezar. Buen relato, Pepe. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarEn este caso, el anillo ha caído muy, pero que muy profundo. También hay recuerdos que mejor dejarlos olvidados, como las llaves de la canción. Gracias Aurora y abrazos.
EliminarEs triste pensar que la única huella que en verdad dejaremos en el planeta sea un montón de desperdicios. Ese anillo, quizá regalado en su día con ilusión, puede simbolizar el destino último de todo y de todos, que no es otro que el olvido, con una playa y un mar que, poco a poco, conseguirán rehacerse del maltrato de unas criaturas que se creyeron dueñas de todo.
ResponderEliminarUn relato con algún tinte apocalíptico y todo un toque de atención.
Un abrazo, Pepe
Gracias Ángel por tu comentario. Efectivamente, tanto un anillo como la vida misma tienen un destino perecedero. A nosotros nos corresponde aprovecharla al máximo, por nuestro bien y el de quienes nos rodean y a los que queremos. Abrazos.
EliminarHola, Pepe.
ResponderEliminarUn relato en dos partes remarcadas por dos tipos de letra, pero que confluyen en un anillo que representa un pasado de ilusiones y un presente donde todo es olvido. Un cambio radical para el conflicto planteado. Triste destino el del planeta azul con el hombre sobre su faz.
Un buen relato. Enhorabuena.
Y un abrazo fuerte,
Efectivamente Eduardo, un olvido en el que todos caeremos por mucho que nos empeñemos en lo contrario. Gracias como siempre por pasarte por mi relato. Abrazos.
EliminarMuy poético tu relato Pepe Me ha gustado mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, Raquel. Me alegro de que te haya gustado, esta vez me ha salido romántico. Abrazos.
EliminarTriste huella la que dejamos en un Mediterráneo al que van a parar los malditos plásticos. Pero la tristeza se acentúa en este otoño que supone el final de una unión amorosa.
ResponderEliminarHermoso y poético, Pepe. Abraçades.