Piedras del camino
La primera vez que tropezó con una piedra tuvo un fuerte dolor en el pecho. Con la siguiente una desagradable jaqueca le acompañó semanas. Otra le produjo dolor muscular unos días. Las posteriores que se encontró las fue guardando y con ellas hizo una hermosa escultura que ahora todos admiran.
¡Bienvenida, Nuria!
ResponderEliminarMe encanta la originalidad de tu relato. Presentas los problemas que provocan esas piedras a tu protagonista que, en vez de quejarse, cambia su perspectiva para culminar con ellas una obra de arte, como tu microrrelato. Es un micro muy bien llevado, que se puede extrapolar a muchas situaciones de la vida. Bello y optimista.
Excelente estreno.
Espero que sea el primero de muchos.
Un beso.
Pablo
Hola Pablo:
EliminarMuchísimas gracias por tus palabras, animan a seguir.
Saludos.
Hola, Nuria:
ResponderEliminarTexto excelente desde el punto de vista del fondo y desde el de la forma. Todos los pasos, todas las piedras van conduciendo, encadenándose a ese final, hermoso y admirable. Una sencilla pero descomunal escultura hecha con piedras del camino, como el título, con ladrillos con los que uno se va tropezando en la vida, para convertir, si es inteligente, lo que no lo fuera, en un edificio sublime.
Un microrrelato singular, paradigmático, revelador, de ancho horizonte, que merece mi más muy mayor enhorabuena.
Un beso. Y feliz todo para ti siempre.
Hola Eduardo:
EliminarMaravillosa crítica. Gracias, gracias...
Saludos
Este micro me recuerda a una célebre frase de Meryl Streep. No la recuerdo literalmente; venía a decir que, cuando su gran amor murió y su corazón quedó destrozado, convirtió ese dolor en arte.
ResponderEliminarMás o menos, el micro describe eso: la transformación del dolor en arte.
Buen micro. Enhorabuena.
Hola J:
EliminarAsí es, esa es la idea. Gracias por tus palabras.
Saludos.
Aceptar las inevitables piedras del camino como algo natural, sin perderse en lamentos ni dejarse vencer por el desánimo. Extraer oportunidades y algo positivo de todo ello. Levantarse una y otra vez. En suma, vivir.
ResponderEliminarUn relato sobre la superación, motivador, bien construido y efectivo.
Bienvenida y un saludo, Nuria
Hola Ángel:
EliminarTienes razón: en definitiva vivir.
Gracias por tu bienvenida.
Saludos.
Se requiere sabiduría para aceptar los tropiezos y el sufrimiento, para continuar adelante sin lamentos, enriquecido por la experiencia. En este caso el protagonista posee, además, talento artístico para transformar su dolor en arte.
ResponderEliminarMagnífico relato, Nuria. Bienvenida a Cincuenta. Besos.
Hola Carmen:
EliminarImagino que la sabiduría se adquiere con el tiempo... Si además se suma el talento, ¡qué maravilla!
Gracias por tus palabras.
Saludos.
La estatua más bella del cementerio. ¿o no es eso?. Yo, que lo he interpretado a la tremenda, y eso es lo que me ha transmitido. Bienvenida a Cincuenta, Nuria. Un abrazo.
ResponderEliminarHola Cristina:
EliminarLos micros están para interpretarlos... Podría ser lo que tú has visto pero realmente yo veía a alguien capaz de darle la vuelta a la tortilla de sus desgracias.
Muchas gracias por haber comentado.
Saludos
Creo que es la actitud ante la vida lo que cuenta. Aprovechar el impulso de la piedra para crear es muy distinto a recibir la pedrada. La pasividad ante las circunstancias nos lleva a la segunda opción; la primera, a construir e ingeniar nuevas posibilidades.
ResponderEliminarGracias, Nuria, por abrirnos nuevos caminos con tus palabras. Saludos.
Hola Manuel:
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario.
Creo que, como bien dices, todo es cuestión de actitud. A veces uno se ahoga en un vaso de agua y otras se viene arriba ante las mayores adversidades... Es curioso.
Saludos.