Reina
Su piel es pálida y sonrosada, cabello negro, los ojos color del acero. Atiende una posada húmeda y sombría. Hospeda a aquellos que caminan en la oscuridad. En medio de la noche, con la llave maestra, se cuela en las habitaciones y se alimenta de la sangre de los peregrinos.
Inquietante ambiente gótico el que crea un escalofrío en el lector que se adentra en las sombras de tu relato y se acoge al descanso en la posada que regenta la reina.
ResponderEliminarUn personaje tan siniestro como atrayente. Saludos, Pilar.
Agradecida por tus palabras, Manuel.
ResponderEliminarComo siempre, un cordial saludo.