Amor poético
Aquella tarde de primavera, el mar esperó impaciente el dulce beso de la luna. El canto de las gaviotas acompasaba la danza romántica de las olas. En la orilla, la brisa acariciaba apasionadamente la arena húmeda. De pronto, nos invade la magia de la noche y espero amarte otra vez.
Noche, misterio, amor y poesía. Peligroso cóctel.
ResponderEliminarmuy bonito tu micro, Manuel.
Un saludo.