Celos
Escondido tras de la cortina la espiaba, tenía que enterarse de cómo se entraba en su cuenta de correo electrónico, de hoy no pasaba. Cuando ella abrió su ordenador portátil, y en el nombre de usuario tecleó rubia6656, al pasar al campo contraseña en la pantalla aparecieron claramente seis asteriscos.
¡Ja ja ja!, Pero bueno, si esa chica tiene la misma contraseña que yo.
ResponderEliminarIrreverente, es usted, además de un gran escritor, un tipo de lo más ingenioso.
Me ha gustado.
Un abrazo.
Pablo
Muchísimas gracias Pablo por los elogios que sin duda son más que inmerecidos.
EliminarMenos mal que, aunque tengáis la misma contraseña no tenéis el mismo usuario.
Un abrazo.
¡Ja, ja, ja! De nada le sirvió el espionaje. Se quedó con las ganas.
ResponderEliminarHay mucho espía frustrado (y celoso)
Un saludo de lo más (I)reverente.
Muchas gracias María por tu comentario.
EliminarEl personaje como celoso tiene futuro, pero como espía lo veo bastante verde, pero es lo que tienen los celos que nos hacen bastante obtusos.
Un saludo.
¡Qué bueno! Se le está bien merecido. Por cotilla y por celoso. Que pruebe con 5 asteriscos a ver si le sirve. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias por pasar por aquí Aurora.
EliminarNo tengo duda que los celos le llevarán a probar con los asteriscos, aunque dudo que el resultado sea el apetecido.
Un abrazo
El sufrimiento de ese hombre es su castigo, está claro. O se calma y guarda para sí esos miedos, o algún día tanta falta de confianza se volverá enfermiza y pasará factura a su relación.
ResponderEliminarTu personaje vive angustiado, pero a nosotros, que hemos leído, desde fuera, tu relato y sus andanzas, nos divierte y sirve para extraer una buena moraleja, no sea que a alguien le dé por hacer lo mismo.
Un abrazo
Gracias por tu comentario Ángel.
EliminarPuede ser que el personaje tenga la suerte de no entrar en la cuenta, pues algunas veces son los mismos celos los que empujan a la pareja a hacer que estos tengan motivo, e igual se entera de algo que no quisiera.
Un abrazo
¿Y si se llega a enterar?
ResponderEliminarPues yo ahora se la digo, que me sé la contraseña. Solo a el, pues es una contraseña irreverente, inadaptada, es un secreto que solo conocemos los dos.
Además la contraseña es como un relato muy bien escrito. Esto solo es una pista.
felicidades.
Si se llega a enterar es probable que hubiese entrado en un mundo del que a lo mejor no salía bien parado, pues puede que sus celos estuviesen justificados, o se enterase de alguna otra cosa que no quisiera.
EliminarUn saludo
Un espía poco puesto en informática no llegará muy lejos. Desde luego muy listo no parece, aunque tampoco ella. A juzgar por su elaborado nombre de usuario, su contraseña no debe ser muy diferente.
ResponderEliminarUna historia original y divertida, Irreverente.
Un abrazo.
Antonio no creas, por mala fama que puedan tener las rubias, las mujeres siempre terminan sorprendiéndonos, eso sin contar con la probada falta de pericia del espía.
EliminarMuchas gracias por tu comentario.
Un abrazo.
Claramente, dice, jajajjaja. Los celos son muy malos, con motivos o sin ellos; igual te ciegan que te hacen ver cosas que no son. Pero tu personaje, además de sufrir toda la equipación de serie, parece que tiene el extra de no haber cogido un ordenador en su vida. Pobre. Solo espero que sus temores sean infundados, o que al menos ella no tenga debilidad por los informáticos.
ResponderEliminarIngenioso relato muy bien contado. Por cierto que no es muy habitual (y si lo es no lo he observado) el tema de los celos en los micros.
Enhorabuena y un fuerte abrazo, Irreverente.
Gracias por tu comentario.
EliminarIgual resulta que los celos no es que nos cieguen, mas bien nos hacen ver distorsionada la realidad lo cual me parece bastante peor, es lo mismo que cuando quieres decir algo, y por decirlo en un contexto diferente al que estabas habituado no te entienden, por ejemplo, si te enganchas el saquito.
Un abrazo