De viaje
Esperaba los tres segundos de silencio entre canciones para desgañitarse, pero el atronador volumen de la música apagaba enseguida sus gritos de socorro.
También esperaba, deseaba más bien, que las dos garrafas de gasolina que la acompañaban en el maletero tuvieran como destino el que por lógica les correspondía.
También esperaba, deseaba más bien, que las dos garrafas de gasolina que la acompañaban en el maletero tuvieran como destino el que por lógica les correspondía.
Me ha gustado tu relato, Álvaro. Me ha hecho pensar en un viaje al infierno. Sin hacer intervenir al conductor en ningún momento, consigues sugerir que el destino de las garrafas de gasolina puede no seguir la lógica que les correspondería. El primer párrafo crea la atmosfera de tensión para rematarla con la aparición posterior de las garrafas y desvelando que la protagonista va en el maletero.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias Josep Maria por tu amable y elaborado comentario. Un cordial saludo,
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