Desamores
Siempre discutían. Por cualquier cosa. Un día y otro y otro. Cada vez la cosa iba a peor.
Pero en el fondo se querían.
Él no podía evitar ir detrás cuando ella se enfadaba y decirle:
—Sabes que te quiero.
Y ella siempre volvía. Hasta el día que no volvió.
Pero en el fondo se querían.
Él no podía evitar ir detrás cuando ella se enfadaba y decirle:
—Sabes que te quiero.
Y ella siempre volvía. Hasta el día que no volvió.
Pasan cosas como éstas muchas veces, parece que es un hábito o un pálpito de la especie, de esos de los que no está nadie vacunado. Sara, has puesto el ojo en un situación y la has descrito en 50 palabras. Buen texto.
ResponderEliminar