El artista
Sus maestros le habían enseñado que para pintar un paisaje debía mimetizarse con él hasta quedar dentro.
Así, pincel en mano, fue tomando los colores de lo que veía. El mundo natural ante su vista iba quedando en blanco, negro y una serie de grises opacos. Y su obra resplandecía.
Así, pincel en mano, fue tomando los colores de lo que veía. El mundo natural ante su vista iba quedando en blanco, negro y una serie de grises opacos. Y su obra resplandecía.
¿Sabes?¡Lo he visto!¡Sííí! Tal como lo iba leyendo.
ResponderEliminarOriginal punto de vista sobre la creación y lo creado. Saludos, Luciano.
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