En el parque
El parque está ventoso. Farolas ciegas alumbran oscuridad junto al desvencijado columpio donde nuestra manos nos elevaban al cielo.
Piso la hojarasca. El mismo crujido de barquillos aplastados en el suelo cuando uníamos los labios.
Tropiezo con el árbol caído, tatuado con nuestro amor, vencido por el huracán del divorcio.
Piso la hojarasca. El mismo crujido de barquillos aplastados en el suelo cuando uníamos los labios.
Tropiezo con el árbol caído, tatuado con nuestro amor, vencido por el huracán del divorcio.
Muy triste, pero esas farolas ciegas me han cautivado. Leo y puedo escuchar el viento, el sonido chirriante de las cadenas del columpio, el crujido de la hojarasca y el grito de ese árbol caído.
ResponderEliminarMuy precioso, MJ.
Gracias, Patri. Mi brazo averiado, agradece tus palabras mágicas que le han hecho ejercitarse en el teclado.
ResponderEliminarBesitos virtuales a millares.
Oh, ¿qué ha pasado?
EliminarUn abrazo fuerte y muchos ánimos. Ponte buena pronto.
Perdonad que me cuele por aquí, solo quería decir que mientras haya buenas ideas como tú tienes, y un dedo sano, es posible componer historias en un teclado. No obstante, mucho ánimo y a mejorarse pronto.
EliminarEse parque, con todos sus elementos, viene a ser un personaje más. En paralelo con las personas que aparecen en la historia, vivió su esplendor en un pasado que parece mágico. Al igual que la pareja, ha acusado en negativo el paso del tiempo, no logró conservar su frescura. La decadencia y el abandono, unidos a una sensación de fracaso, se ha apoderado tanto del espacio físico como de la relación.
ResponderEliminarInteresante relato, que hace reflexionar sobre la interacción entre las personas y el entorno en el que se mueven.
Un abrazo, María Jesús
Me gusta esta prosa poética. Me gusta el lirismo tanto en el fondo, como en la forma. Y me gusta, siempre, tu contundencia literaria.
ResponderEliminarA ese parque de pasión otoñal ha llegado el frío invierno del amor. Simbólico y poético, cada elemento desliza su carga de emoción a lo largo del relato dosificando, como una lenta caricia, su carga sentimental. es muy subyugador tu texto, Mª Jesús, aunque el final nos golpee con la contundencia amarga de desamor.
ResponderEliminarDeseo que te recuperes pronto. Un abrazo.
Original, bella y llamativa la manera que tienes de desgranar en un parque el devenir de una relación de pareja.
ResponderEliminarQué delicadas las metáforas de este desamor tan bien narrado. Mil felicidades María Jesús.
ResponderEliminarUn beso, y que no sea nada lo de tu brazo.
El parque no es solo escenario, sino que vive está relación de amor y desamor. Lo has narrado con intensidad emotiva y bella prosa poética.
ResponderEliminarQue te mejores pronto, María Jesús. Besos.