Indefensión aprendida (Adjetivamente maltratado)
En buena hora seducido, enamorado, prendado; obviamente absorto, atraído. Adrede aislado y controlado, inconsciente y errado. A bote pronto castigado, insultado, herido y de repente reconciliado, complacido, gozoso. Inesperadamente desatinado, insensato. A la chita callando golpeado, denigrado, solo, hundido. Cuidadosamente apaciguado, ilusionado. Para colmo anulado, roto y consciente. Finalmente enterrado.
Toda una vida de vicisitudes se adjetiva en una magnífica narración que homenajea al gran Lope, creo entrever.
ResponderEliminarSaludos, Manuel.
Qué duda cabe, una vida de indefensión contada desde el adjetivo. Si bien Lope resuena con sus verbos dentro de este relato breve, ¿quién está exento de esta influencia prendada ya en nuestro ADN?, no lo es menos que cuando leí un relato que conocerás bien, titulado Balada negra de la supremacía, no pude sustraerme al gran logro de tu himno a los sustantivos, quise poder escribir algo igual, una historia cuyos componentes fueran básicamente sustantivos. El cerebro hace de las suyas y tiempo después me fue llegando esta historia de maltrato. Te estoy inmensamente agradecido por el ejemplo a seguir que encontré en tu texto.
ResponderEliminarUn cordial saludo, Manuel
Gracias, Manuel. Me llena de satisfacción saber que Balada ha podido inspirarte. Mientras lo compuse, anduve unos días sustraído bajo el poder hipnótico de los sustantivos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, continuemos permitiendo que una abstracción como son las categorías léxicas y gramaticales alimenten nuestra creatividad.
ResponderEliminarUn cordial saludo, Manuel.
Totalmente "identificada" con esta narración_de_adjetivos_encadenados.
ResponderEliminarEnhorabuena, Manuel.
Gracias por tu comentario, AnónimA.
EliminarToda una vida en cincuenta palabras. Momentos o épocas de felicidad que contrastas con otros de signo opuesto… hasta el final. Muchos posibles significados e interpretaciones. Los momentos de felicidad nos pueden llevar a la indefensión y a facilitar que nos maltraten. Nos pueden manipular hasta transformarnos en títeres. En cualquier caso, me ha parecido un ejercicio brillante, Manuel. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchísimas gracias, gracias por tu gentileza, Josep María.
EliminarSi lo pensamos bien, la existencia se reduce a una serie de adjetivos que nos califican en cada momento. A través de ellos, vemos que tu protagonista ha vivido momentos plenos y altibajos, ha sufrido, luchado y disfrutado. Un día a día de intensidad, reflejado en unas cuantas palabras descriptivas, pinceladas precisas, pintura de letras.
ResponderEliminarRecomiendan algunas reglas de estilo que no debe abusarse de esta figura gramatical, no sucede así cuando se la homenajea y utiliza para crear una historia diferente como tú has hecho.
Un saludo, Manuel
Es muy agradable tu comentario, me recordó mis primeros momentos de escritura en los que aprendí a no abusar de la adjetivación. Cuando escribía esta historia buscaba en realidad crear un texto basado solo en sustantivos, pero fue la historia la que me arrastró hacia una adjetivación tan precisa como puedan serlo los sustantivos en muchas ocasiones.
EliminarMuchas Gracias, Ángel.