La cartera
Recibieron un aviso de la policía. Un envío había sido manipulado y emponzoñado. La estafeta debía paralizar todas las entregas; un grupo de expertos las examinaría. Desconocían procedencia o destino.
Sonia respiró hondo, con parsimonia abrió su nómina. Sus dedos adquirieron un leve tono violáceo. Los relamió cuidadosamente. Entrega efectuada.
Sonia respiró hondo, con parsimonia abrió su nómina. Sus dedos adquirieron un leve tono violáceo. Los relamió cuidadosamente. Entrega efectuada.
Veo que el tema postal está estos días de moda, pues entre las cartas bomba de los americanos y los sobres ponzoñosos, empiezo a entender que el correo electrónico se esté imponiendo de manera definitiva, además antes teníamos claro quien llamaba a nuestra puerta pues el cartero siempre llama dos veces, pero ahora la cartera no sabemos cuantas veces llama.
ResponderEliminarun muy buen e inquietante relato.
Un abrazo
Gracias amigo.
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