La fiel amiga de Petra
Petra siempre espera impaciente la visita diaria de su fiel amiga. Ambas se sientan frente a frente, se observan emocionadas, conversan, ríen, lloran y gesticulan a la vez.
La visita acaba a la hora de cenar, cuando un enfermero del psiquiátrico retira a Petra del espejo para acompañarla al comedor.
La visita acaba a la hora de cenar, cuando un enfermero del psiquiátrico retira a Petra del espejo para acompañarla al comedor.
Qué grandísima tristeza, aunque tal vez debería fijarme en el placer que siente Petra durante sus visitas diarias.
ResponderEliminarNo sé por qué razón creía que el final del texto iba a ser otro.
También la tristeza es una emoción digna de crear en un buen relato. Gracias, Sonia.
Gracias a ti, Manuel, por ser tan amable y comentar. Un abrazo.
EliminarEs un placer, gracias.
EliminarPocos relatos he leído que me hayan transmitido tan profunda soledad. La felicidad que otorga tu propio reflejo sin que la enfermedad te permita reconocerlo, es demoledora.
ResponderEliminarProfundísimo relato con una inusual capacidad de remover y conmover. Enhorabuena, Sonia.
Un saludo.
La conmovida soy yo por tu comentario, Antonio. Muchas gracias, muy amable. Saludos.
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