La última ascensión del montañero
La cachimba erupcionaba bocanadas de humo, y con ellas ascendían sus recuerdos, transcendían sus historias.
Mirada perdida en lo lejano, la charla distendida, repitiendo relatos, solventando dudas.
Sabía mucho, mas no imponía nada y con poca atención se conformaba.
El silencio consumió su pipa.
Maldigo ese día; bendigo su alma.
Maldigo ese día; bendigo su alma.
Creo que erupcionar es un verbo intransitivo. Eso me ha impedido conectar con el relato. Tal vez convenga modificarlo.
ResponderEliminarYo dudaba que existiera como verbo, pero la RAE lo recoge como propio de Colombia y aquí dice que se usa también como transitivo: https://es.wiktionary.org/wiki/erupcionar
EliminarErupciona regueros de niebla densa ante impedimentos que sólo miran a la falda de la montaña.
EliminarBuen relato, Alfonso.
Un saludo.
Gracias Iñigo, intentaré mejorar.
EliminarGracias Alex.
EliminarMuy bueno Alfonso, Recibe mi mas erupcionante felicitación por tu micro, y aunque sea la última ascensión del montañero, que no sea tu último relato y que el silencio nunca consuma tus letras.
ResponderEliminarMuchas gracias amigo.
EliminarMe gusta mucho el estilo de este relato, así como la historia que cuenta. Bonito y entrañable homenaje a una persona, al parecer, de grandes virtudes.
ResponderEliminarEnhorabuena y saludos, Alfonso.
Eres muy amable Enrique.
EliminarEn estos tiempos de consumo rápido y pantallas, la charla distendida de un hombre sabio, que no impone nada, pero puede aportar mucho, es una rareza y un pequeño tesoro. Parece ser que fueron sus últimos momentos, relatados por alguien que nunca le olvidará.
ResponderEliminarMuy bien narrado y lleno de profundidad pese a su aparente sencillez.
Un saludo, Alfonso