Sabia decisión
Cuando el agua alcanzó el cuello de los gobernantes, empezó a despegárseles una segunda cara que ocultaba otra real, con la cual habían nacido. Sabían que una vez que se descubriera la verdadera ya no habría posibilidad de pegarse la segunda nunca más.
Decidieron que mejor los tapara el agua.
Decidieron que mejor los tapara el agua.
Aunque me da que no es demasiado habitual , estos gobernantes al menos han tenido la "dignidad" (o la vergüenza, si no es lo mismo) o la obligación (ante el temor de ser "descubiertos") de dejar su realidad "a la vista", bajo el agua. Por su bien, una vez "lavada esa cara", dejémosles salir de nuevo a la vida. Relato para reflexionar. Suerte, Juan Carlos. Un saludo.
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