Un precio justo
¿Prefieres perro o gato? Mientras pienso la respuesta, mi padre continúa preguntando: ¿ir a la playa o a la montaña?, ¿patinete o bici?, ¿PlayStation o X-Box? Me mira serio. Lucas tiene mucha razón cuando dice que no es tan malo que se divorcien tus padres: ayer mamá también intentó comprarme.
Directo y sin concesiones. Relato enviado al centro de la cuestión...Calcula el precio justo. ¡Qué pena, qué triste y qué real! Enhorabuena, Paloma. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarSí, Aurora, por desgracia la realidad a veces parece una ficción, Y ojalá lo fuese.
EliminarMuchas gracias por comentar.
Un abrazo.
Cuando dicen que los hijos son las principales víctimas de las separaciones no les falta razón. Los imaginamos tristes, desamparados, desorientados o confusos, pero también es posible otra consecuencia que tu protagonista ha dejado bien clara: puede fomentarse la manipulación, algo nada educativo, desde luego.
ResponderEliminarUn abrazo, Paloma
Los hijos, ese tesoro por el que podemos llegar a hacer cualkquier cosa, incluso convertirlos, aunque sea sin voluntad, en auténticos egoistas.
ResponderEliminarGracias, Ángel, un abrazote.
Me ha gustado tu microrrelato, Paloma. La sucesión de preguntas incita a seguir leyendo hasta la última palabra, que te devuelve al título y revela el significado oculto. Una realidad demasiado frecuente la de padres divorciados que entran en una puja por el favor de sus hijos, utilizando como moneda de cambio la complacencia.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias, Josep Maria, por comentar, y por el análisis.
EliminarUn saludo.
Un gran relato, Paloma. En ese discurso reflexión del protagonista, se abre un mundo peliagudo de contradicciones y especulaciones en la sombra de los afectos paternales.
ResponderEliminarDebería formar parte de los manuales sobre cómo no tratar a los hijos después de un divorcio tormentoso.
Enhorabuena. Un abrazo.
Qué amable eres, Manuel, gracias por las palabras que me regalas.
EliminarUn abrazo.
Me ha gustado mucho tu relato. Lo malo es que al final todos pierden, los padres en la cruenta batalla por obtener el favor de su hijo y éste plagado de caprichos materiales que supongo que cambiaría por una familia feliz.
ResponderEliminarBuen relato Paloma.
Un saludo.
Es justo lo que quer´ñia transmitir, que haciendo trampas, nadie gana y todos pierden. Gracias por comentar, José Antonio.
EliminarSaludos.
¿Quién da más? La compra/venta del niño por parte de los padres divorciados. Lo has plasmado con unas imágenes muy apropiadas. Se nota tu experiencia con los micros, Paloma.
ResponderEliminarUn besito virtual
Hemos coincidido en el tema, María Jesús: el divorcio como fuente de historias, aunque la tuya y la mía sean tan diferentes entre sí coinciden en algo: solo hay perdedores.
EliminarUn beso.
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