Amor gatuno
¡Ven, te digo que vengas, suelta el calcetín!
Este gato me vuelve loca y sin embargo me mira con sus tiernos ojos cuando le regaño. Me lo como a besos. A cambio me regala su ronroneo. Debo parar de achucharlo o su próximo regalo me dejará marca en el brazo.
Este gato me vuelve loca y sin embargo me mira con sus tiernos ojos cuando le regaño. Me lo como a besos. A cambio me regala su ronroneo. Debo parar de achucharlo o su próximo regalo me dejará marca en el brazo.
Sinceramente no veo la historia.
ResponderEliminarSuele ocurrir con los animales y con los niños, que si se sienten premiados tras una mirada tierna, ya lo aprenden y usan como salvoconducto para evitar el castigo por la trastada inicial.
ResponderEliminarDivertida situación.
Un abrazo, Mar y a ver si te prodigas más por estas páginas.