Confesiones de una mujer
Resumiré en 50 palabras lo que he sido incapaz de decirte en estos 50 años. Ni me has respetado ni me has querido. Me has tratado como a una esclava. Pude irme, no lo hice por mis hijos. Por cierto, ya es hora de que lo sepas: no son tuyos.
El remate del final: ESPECTACULAR!!!!!
ResponderEliminarFelicitaciones!!!!!
Muy bueno, muy bueno. Te felicito, Marisa.
ResponderEliminarSiempre queda la sorpresa con ese final.
ResponderEliminarsonrisas mil
Manuela
Muy bueno, Marisa. Parece mentira lo que puede aliviar decidirse a decir algunas cosas. Aunque si lo está diciendo delante de un nicho prefiero no saberlo.
ResponderEliminarEnhorabuena y un abrazo.
Con muy pocas palabras puede desahogarse tu protagonista. Las tres últimas las llevaba calladas demasiado tiempo.
ResponderEliminarUn canto a la liberación femenina con un final sorprendente, inesperado.
Felicidades, Marisa, y besos.