Ellos
En el silencio de la noche, las miradas congelan las sonrisas, los susurros aceleran los latidos y las caricias detienen el tiempo.
Quiso decir algo, pero resbaló en sus ojos.
Podrían apagarse la luna y las estrellas, o derrumbarse el mundo. Ya nada importaba, porque al fin la estaba besando.
Podrían apagarse la luna y las estrellas, o derrumbarse el mundo. Ya nada importaba, porque al fin la estaba besando.
Podría ser perfectamente el prólogo de una película romántica. Tiene un ritmo muy suave, muy dulce... me gusta.
ResponderEliminarUn saludo.
Muchas gracias José Antonio. Un abrazo!
Eliminar¡Oh...bonito, muy bonito! Preciosas palabras que unidas hacen un precioso relato.
ResponderEliminarUn abrazo Giancarlo.
Gracias Pilar, un abrazo!
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