Humectación de las palabras

Tomé sus piernas y ella las abrió. Me pidió platicarle, así le hablé a la flor: deletreando una poesía, susurrándole mi pasión, diciendo lentamente cada letra del abecedario.

La flor se abrió y se humectó de ambrosía.

Esa es la mejor conversación y el mejor poema que alberga mi interior.
Escrito por Ricardo Rodríguez Sánchez

2 comentarios :

  1. Wow! Muy bien por tu microtexto erótico. Felicidades!!!

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  2. Lo bueno, si breve, dos veces bueno. ¡Enhorabuena!

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