La epifanía
Menuda suerte, ¡el fantasma de la Navidad! Ni me lo pensé: le di la mano entusiasmado y fuimos a descubrir cómo sería la Navidad sin mí.
El paseo estuvo curioso, volando y tal. Pero, incapaz de apreciar nada anormal, lo miré, se encogió de hombros y se fue sin más.
El paseo estuvo curioso, volando y tal. Pero, incapaz de apreciar nada anormal, lo miré, se encogió de hombros y se fue sin más.
Álex, ¿pero qué edad tienes? Este micro sólo ha podido escribirlo un sabio viejo, calvo y con larga barba blanca..
ResponderEliminarTenemos que la realidad imparte su lección magistral.
"La Navidad sin mí" sugiere la posibilidad de que , en efecto, uno podría ser nada. ¿Uno de esos clichés? Parecería.
La revelación vendría después del paseo volador. Un descubrimiento deslumbrante que chafa el ego y proclama lo esencial. Esto es, algo que ya se sabía pero no del todo y que ahora nos abre los ojos. Que uno no es nada. Nadie. Ni para el mundo ni para los demás... ni siquiera, ¡ay!, para el simpático fantasma acompañante.
Un abrazo y felices navidades y año nuevo al caer!
En esta vida hay demasiados Mr. Scrooge dedicados a fastidiar a los demás. Y los hay volcados en repartir felicidad generosamente y sin esperar nada a cambio. Habrá quien no les eche de menos si un día nos faltan, pero otros les estaremos eternamente agradecidos por habernos permitido volar con ellos.
ResponderEliminarPara ti, la flor de pascua que nunca se marchitará porque brilla en los ojos de un chico alto y soñador.
¡Feliz Navidad, Álex!
Me ha gustado tu revelador relato intertextual, Álex. Coger distancia y ver la realidad desde otra posición siempre es bueno. A veces nos llevarnos alguna sorpresa y puede ocurrir que ya no volvamos a ser los mismos.
ResponderEliminarUn saludo.
ResponderEliminarTe prometo Alex que estaba dándole vueltas a un microrrelato con eses título. ¡Qué casualidad! El contenido eso si, totalmente diferente... menos navideño. Y en mi caso si había revelación transformadora.
Me gusta ese giro final, donde la epifanía es para el fantasma de las navidades presentes y no para el susodicho . Moraleja:hay gente que no puede ver más allá
Un abrazo Alex.
Hay veces que no es tan bello vivir. Enhorabuena buen relato
ResponderEliminarAquí me has tocado la fibra, Álex. Siento debilidad por esa historia de Dickens. Ese primer párrafo recoge todos los espíritus de la historia que te cogen de la mano. Pero claro, es un Garaizar, y en el segundo párrafo sale toda tu ironía y ese punto ácido con el que te gusta aderezar tus cuentos.
ResponderEliminarUn clásico llevado a tu terreno; me ha encantado.
Un fuerte abrazo.
Entiendo en tu relato bien que su personaje está de vuelta de muchas cosas, de todo tal vez, o bien que su existencia ha dejado poca huella entre la gente más próxima. De tener algo de autobiográfico, invitaría a su autor a que meditara sobre el mensaje de otra gran obra, cinematográfica en este caso, titulada "Qué bello es vivir'.
ResponderEliminarEnhorabuena y muchísimas gracias por todo, Álex el Grande.
¡Qué pena de personaje! En una vida sin él no se aprecia diferencia... y además, le sigue dando lo mismo! Al menos podría intentar cambiarlo tras el vuelo,no? Pero, visto lo visto, el fantasma de la Navidad se va a buscar a otra persona a quien le pueda ser útil el viaje a ese mundo alternativo.
ResponderEliminarGran relato, Álex.
Un beso!
No somos nadie, nos repetimos ante las desgracias ajenas. A tu personaje le habrá dolido comprobar cuánta verdad se oculta tras la manida frase. Ni siquiera después de muerto y en plena Navidad entrañable, según nos la han contado desde la infancia, los suyos lo echan de menos.
ResponderEliminarEl muerto al hoyo y el vivo al bollo, al marisco, a los turrones y al cava.
Brindemos antes de que sea tarde y el fantasma nos abra los ojos.
Una sabia reflexión, Álex, y un fuerte abrazo.
¡Muchas gracias a todos por comentar! Me alegro de que os haya gustado el relato. En efecto, el fantasma se limita a mostrarle cómo sería la Navidad sin él esperándose otra cosa, pero cuando ven que todo sigue igual, el protagonista se extraña y el fantasma sencillamente no está capacitado para darle más explicaciones. ¡Un abrazo!
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