Mi basura
Suena el timbre de mi casa como si hubiera un incendio y, al abrir la puerta, la bolsa de basura que acabo de bajar está ante mí. Tiene una pose desafiante, con las lazaditas puestas en jarra. Ante mi desconcierto se me cuela dentro y se acomoda en el sofá.
Qué bueno :) :) :)
ResponderEliminarjajaj Muchas gracias Manuela. :-)
ResponderEliminarSabemos más del apego que las cosas, del que algunas sobre todo nos despiertan que del que ellas elaboran hacia nosotr@s.
ResponderEliminarMe viene a la mente la imagen terrible del perrito que corre persiguiendo el coche de los amos que acaban de abandonarlo.
Pero tu propuesta es mucho más atrevida porque la bolsa de "lazaditas puestas en jarra" (aquí estoy yo, la bolsa de TU basura, aquí me tienes). Pero qué simpática, pues para llegar a este punto: se ha arrastrado por la calle, ha trepado por las escaleras, ha pegado un formidable salto hasta alcanzar el timbre y columpiado en él... haciéndolo sonar "como si hubiera un incendio". ¡Santo dios, cómo nos quieren las cosas!
Vamos, que lo has narrado muy bien, Nuria.
Un cordial saludo.
En realidad la propuesta quería dejar ver también que nuestras cosas más íntimas no deben sacarse a la calle, debemos gestionarlas en casa. No airear trapos sucios. Claro, que ha quedado tan graciosa que quizá está demasiado escondida... jajaj
EliminarSaludos Carmelo
Primero nos afanamos en hacerla y luego, sin más, a tirarla.
ResponderEliminarLógico que se rebele y quiera volver a su casita, calentita y acomodada.
Un saludo Nuria
Nuestra basura también tiene su corazoncito... :-)
EliminarSaludos Pilar
Un micro muy simpático con esa bolsa que regresa al hogar, reclamando su lugar "con las lazaditas puestas en jarras", una actitud que me ha hecho reír. Esperemos que no vuelva a casa toda la basura que generamos. Nos gusta la limpieza en nuestro refugio personal y, contradictoriamente, ensuciamos el hogar común, nuestro planeta.
ResponderEliminarBesos, Nuria.
Desde luego el ser humano es un buen generador de basura de todo tipo, somos una plaga para este planeta, no creo que tengamos solución en ese sentido.
EliminarLa intimidades también empiezan a corren peligro en este momento en que todo se airea...
Me alegro que te haya gustado Carmen.
Saludos limpitos. :-)
Jaja, Nuria, tan ocurrente y divertida como siempre.
ResponderEliminar;-))) ¡Gracias Elena!
ResponderEliminarMuaks
Genial!!!
ResponderEliminarGracias Loli. :-)
ResponderEliminarSaludos
Relato con mucho significado oculto, Nuria. Final sorprendente que estimula la relectura y nos lleva de nuevo al título. No siempre es fácil desprenderse de los residuos de nuestra actividad ni de nuestras acciones menos “edificantes”. A veces no se dejan, quizás porque no utilizamos el método adecuado.
ResponderEliminarUn saludo.
Efectivamente Josep, parece una tarea bien delicada.
ResponderEliminarGracias por pasarte. :-)
Saludos