Nunca más elixires
Cruzó la calle con el corazón descubierto. Los autos dibujaron la evasión exacta para dejar que el cuerpo ciego pase. Sorteó todo con el elixir de la vida, pero vino un auto guiado por el elixir de las cañas, y se encontraron. Aún no renuncian. Sus heridas los siguen matando.
Esa frase "sus heridas los siguen matando", menudo cierre.
ResponderEliminarNo dependemos de nosotros mismos. Hay destinos cruzados que nos llevan a eso, a derramar elixires, propios y ajenos.
Muy bueno tu micro.
Un saludo, Edwin.
Gracias amiga María Galerna, alegre que te haya gustado. Saludos y muy agradecido por sus palabras.
ResponderEliminarUnas vidas marcadas por un accidente debido al exceso de alcohol. Una prosa cuidada y un desenlace trágico y duradero.
ResponderEliminarMagnífico micro, Edwin. Un abrazo hasta la otra orilla.
Gracias amiga, por tus palabras, un cariñoso saludo desde esta orilla lejana.
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