Cena de Nochebuena
Cuando acabe la cena, abriré los cinco brillantes paquetes que me esperan junto al árbol. Para sentirme menos solo, me he hecho un regalo que he metido en uno de los paquetes. La sorpresa es que son iguales y no sé cuál es el que contiene las pantuflas. ¡Qué nervios!
Un relato que dentro de la ironía encierra una denuncia por esas personas que están solas en estas fechas. Seamos creyentes o no, estos días nos hacen más sensibles a las situaciones de soledad. Felicidades, por el relato y por la Navidad. Abrazos!
ResponderEliminarEste personaje en vez de hundirse en sus propias lágrimas de soledad, ha preferido tirar de imaginación y si hay dos mundos: El real y el imaginario, él ha preferido el imaginario. Siempre es mejor, ¡Dónde va parar!
EliminarMuchas gracias, Pepe, por leer y comentar.
Felices fiestas y un fuerte abrazo.
Es buenísimo, Isidro. Enhorabuena👏👏
ResponderEliminarMe alegra que te guste, Sonia. Con eso, me sobra.
EliminarUn abrazo.
Isidro, qué impresión de soledad has transmitido en tu fantástico relato. Espero que el año nuevo venga lleno de buenas historias que escribas y compartas con nosotros.
ResponderEliminarSerá un placer seguir compartiendo historias con esta gran familia de de microrrelatistas. Ojalá las circunstancias lo sigan permitiendo.
EliminarMuchas gracias por leer y comentar.
Un abrazo, Aurora.
Una chispa de ilusión, en un mundo de soledades. Un abrazo, amigo.
ResponderEliminarYa sabes que quien no se conforma es porque no quiere. Afortunadamente nos queda la imaginación, la ilusión y las ganas de imaginar e ilusionarnos.
EliminarUn fuerte abrazo, amigo Juan.
Felices fiestas.
Divertida manera de contar algo tan triste como es pasar estas fechas solo. Ahora bien, este hombre sabe sacarle partido a la situación. ¡Bravo por él!
ResponderEliminarSaludos Isidro
Como le he escrito a Juan, creo que debemos mantener siempre la ilusión y no compadecernos de nosotros mismos. Lo que no hagamos por nosotros mismos, difícilmente lo harán otros.
EliminarMuchas gracias, Nuria.
Saludos y felices fiestas.
Me pregunto qué contendrán el resto de los paquetes. Quizá esté a tiempo de obsequiar con ellos a cuatro personas que le acompañen en una noche en la que nadie debería estar solo, a no ser que sea una situación buscada, pero no parece el caso.
ResponderEliminarUna cosa es segura: el autor de este relato será el alma de las celebraciones en las que participe con motivo de estas fiestas.
Un abrazaco navideño, Isidro
Esos cuatro paquetes vacíos solo contenían unas gotas de aire de tensión, otras de ilusión por saber que, si no ahí, el premio estará en otra y también contienen unas gotas de tiempo que permitirán al autohomenajeado, camuflar su tiempo de soledad y evitar el amargo sabor de la falta de compañía. Por eso lo deseado, lo mejor, era encontrar las pantuflas en la quinta caja.
EliminarYa no sé si fue en esa o en otra donde aparecieron las pantuflas de Alone (Lo acabo de bautizar)
Muchas gracias, mi querido amigo Ángel, por tu generoso comentario.
Dos fuertes abrazacos, más otro por la navidad.
A pesar de estar solo, no ha perdido la ilusión y esa es una de las cualidades más importantes del ser humano, la que hace sentirse más fuerte y crecerse ante las adversidades.
ResponderEliminarGracias por tu relato Isidro.
Un saludo
Estoy, por completo, de acuerdo contigo. Es lo que he "dicho" a Pepe, a Juan y a Nuria. Me alegro que lo digas tú.
EliminarGracias a ti por leer y comentar.
Un abrazo.
Sólo el que la quiere ver, ve la botella medio vacía. Tronchante y genial. Un abrazo, Isidro, y Felices Fiestas.
ResponderEliminarEs cierto que la realidad es tan diversa como diversos son los puntos de vista desde donde se mire.
EliminarEs indudable que "Alone" (como acabo de bautizarle) ha sabido escoger un preferente y positivo punto de vista.
Muchas gracias, Manuel, por tu comentario. Felices Fiestas.
La soledad puede ser elegida o no, en este tu relato te refieres a ella con sentido del humor. Buena visión
ResponderEliminarMuy importante el punto de vista de cualquier realidad.
EliminarMuy sugerente la opción de elegir el punto de vista.
Muy necesario acertar en la elección de las vistas.
Muy agradecido yo por tu comentario, Mar.
Tras esa soledad, que quienes la viven la acusan aún más en estas fechas, subyace un ser vitalista, que sabe sobreponerse a la situación e,incluso, se prepara los regalos con sorpresa.
ResponderEliminarUn micro muy humano y con un humor excelente, de los que se aprende a vivir. Un fuerte abrazo, amigo Isidro. Espero que te regalen las mejores pantuflas que encuentren, para que nos sigas regalando tus letras cómodamente instalado.
Sólo me queda decirte que estoy convencido de la necesidad de aplicar siempre unas gotas de humor en la vida. Estoy convencido que es una apuesta inteligente y excelente para la salud. Quien lo prueba lo confirma y siempre deseará tener el frasquito con las gotas de humor.
EliminarEspero que tú no pierdas el frasco. Pídele a los RR.MM. uno de cinco litros, ¡por lo menos!
Muchas gracias, amiga Carmen.
Un fuerte abrazaco y felices fiestas.
Extraordinario, enternecedor, un regalo para estas fechas tan marcadas. Gracias, Isidro.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti, Manuel por leer y comentar.
EliminarFuerte abrazo.
Un microcuento de los que nos convoca, es decir de cincuenta palabras, que tiene una estructura impecable. Que sin forzar verbos o poner comas, el relato es suelto y dinámico, fluye.
ResponderEliminarNos sitúa dónde y cuándo, al principio, luego, nos describe qué y cómo, para dar la estocada final con originalidad.
Muy compensada cada parte del relato. Literalmente prolijo,sin fisura y con un contenido interesante.
Me encantó, porque destaco el cuento cómo una obra literaria, absolutamente independiente de hacer una lectura , social , o psicológica, cómo creyendo que el autor y el protagonista es la misma persona.
Jo, me has dejado sin palabras.
EliminarMuchas gracias por tu comentario o más bien análisis literario.
Me alegra que te haya gustado.
Saludos.
Desde mi sinceridad más salvaje, no comprendo, cómo, un género literario, en este caso éste, , nunca sea comentado como tal.
EliminarEs como si en La casada Infiel, poema de Federico García Lorca, en vez de destacar su vuelo impecable en recursos literarios extraordinarios, con una intensidad métrica que nos hunde al arte, con esa grave profundidad exquisita, de Lorca dijeran: Pobre gitano! La Mozuela lo engañó!
Los comentarios no aportan crecimiento literario, para nosotros, Escritores, sino miradas desde una caja de resonancia de los valores de la vida del lector. Ni hablar de diferenciar la obra con el autor! Una pena. Por eso me animé a comentar tu cuento.
Bueno, el que se me hayan adelantado tantos en el comentario me deja muy poco margen para comentar, pero eso no va a evitar que te felicite por un micro con la calidad a la que ya nos tienes acostumbrados, y con el estupendo giro final que nos lleva a la triste realidad de tu personaje.
ResponderEliminarUn abrazo
Apreciado Irreverente, sólo me queda expresarte mi agradecimiento por tan generoso comentario.
EliminarMe alegra mucho que te haya gustado el relato.
Un fuerte abrazo.
Tu relato rezuma optimismo, Isidro. Sobreponerse a la soledad y crear ilusión desde ella, es un reto colosal que tu personaje ha superado de largo. No creo que un tipo así vaya a estar solo durante mucho tiempo; quien mejor la entiende, es quien mejor sabe paliarla.
ResponderEliminarEsa mezcla de levadura de optimismo agridulce y de masa de pesadumbre jolgoriosa, en manos de un escritor de varias estrellas michelin, se convierte en un manjar para paladear incluso después de fiestas.
Un placer, Sr. Moreno. Y un fuerte abrazo.
P.D.
No hay rato que no me deleite con alguno de tus relatos.
Pues la verdad es que llevas razón en cuanto que, un tipo así que le echa imaginación y optimismo a las circunstancias adversas, no merece estar solo. Yo ya le he cogido cariño y "en acabando esta carta", le invitaré a compartir mesa en la nochevieja próxima.
EliminarMuchísimas gracias por tu muy generoso comentario y si de verdad te deleitas con mis "Relatos para ratos", me alegro mucho y me quedo contento para todo el día.
Un fortísimo abrazo, amigo Antonio. Feliz año. Por cierto, también estas invitado a la cena de nochevieja.