Entre algodones
Aquella noche algo en mí cambió. Comencé a oír voces extrañas que me gritaban "vamos... ven".
Todo era confuso, inicié mi camino por un estrecho e interminable sendero, mi corazón palpitaba con fuerza. Inexplicablemente alguien desconocido me asió firme pero con delicadeza...
Y me entregó a mi madre. —Es niña.
Todo era confuso, inicié mi camino por un estrecho e interminable sendero, mi corazón palpitaba con fuerza. Inexplicablemente alguien desconocido me asió firme pero con delicadeza...
Y me entregó a mi madre. —Es niña.
Los sentidos comienzan a despertar y descubren que algo sucede, con la magia de lo que se experimenta por primera vez. Un viaje por el que todos hemos pasado pero no podemos recordar, faltos aún de eso que llaman uso de razón. Para recrear ese momento está la literatura, cincuenta palabras son suficientes, a la vista está.
ResponderEliminarUn saludo, Pilar
Apreciado Ángel, así es. Ojalá pudiéramos recordar ese momento de grandes cambios pero lo único que nos queda es la imaginación.
EliminarMuchas gracias por tus palabras y un cordial saludo
Preciosa llegada al mundo desde el vientre materno. Tan bien contado, que casi lo recordamos con todas sus sensaciones.
ResponderEliminarMuy bonita la idea de la inversión de papeles en la habitual presentación entre madre e hija, Pilar. Besos.
Querida Carmen, muchas gracias por tu apreciación de mi relato. Quise ponerme en mi propia piel y volver a sentir el momento exacto del primer contacto con mi madre y su calor maternal.
EliminarTe mando un beso
Bonita forma de relatar un nacimiento. Últimamente he tenido muchos relatos, el tuyo al menos es inspirador y no duele.
ResponderEliminarUn abrazo Pilar,
Querida Raquel. Los hijos nos cambian, a mí al menos me han hecho ser mejor persona y cierto es que con ellos se vuelve de nuevo a la infancia.
EliminarUn abrazo y una sonrisa.
Qué bonito lo cuentas Pilar. Cómo me gustaría poder recordar ese momento, o al menos, que se pareciera a esta historia.
ResponderEliminarSaludos.
Apreciada Nuria, sería increíble poder acordarnos de ese momento. Algo imposible para los humanos de momento . En el futuro....¿quien sabe?
EliminarGracias por tus bonitas palabras
Besos
La gran aventura del comienzo de la vida contada con toda delicadeza. ¡Bravo, Pilar!
ResponderEliminarBesote.
Pablo
Pablo, muchas gracias por leer mi relato. Intenté describirlo tirando de imaginación.
EliminarUn beso
Recreas ese primer viaje de todo ser humano dotándolo del misterio que lo convierte en aventura primigenia y en una conmovedora historia que agranda el universo de Cincuenta.
ResponderEliminarNunca mejor dicho, has conseguido que me sienta renacer. Un abrazo, Pilar
Apreciado Manuel, me alegro de haber sido capaz de evocar tantos sentimientos, de al menos intentar recrear algo que no somos capaces de recordar.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras.
Un abrazo
Qué original relato, Pilar. Me ha gustado mucho y además, por primera vez, me hace pensar en los dos momentos más tiernos de mi vida desde el punto de vista de las dos personas que llegaron a ella entonces. Un abrazo, Au.
ResponderEliminarApreciada Aurora, a mi me pasa lo mismo. Quizá por eso me ha venido esa inspiración entre el bebé que nace y la madre que recibe a su esperado bebé.
EliminarUn beso y muchas gracias por tus palabras
Cuando nos tienes intrigados, esperando un fatal desenlace, le das la vuelta a la historia y resulta que es un parto. ¡Buen giro!
ResponderEliminarLa verdad es que desde el punto de vista del bebé tiene que ser un cataclismo de enormes proporciones. El primero de los muchos cambios que le esperan..
Un abrazo Pilar.
Carme.
Apreciada Carme. Muchas gracias por tus palabras. Ciertamente el momento es de grandes cambios, de inquietud ...tanto para el ser que nace como para la madre que lo recibe.
EliminarUn beso
Genial vuelta de tuerca a un parto feliz, después de la aventura dolorosa del nacimiento.
ResponderEliminarMe has tenido en vilo desde el comienzo.
Besito virtual, Pilar
Muchas gracias María Jesús. Me alegro que te haya gustado ese toque de misterio.
ResponderEliminarOtro beso también para ti