Éxtasis
Iba retrasando y con prisa de llegar a la redacción. Había cierre de revista y todavía no teníamos los textos de portada.
De pronto, una linda muchacha se cruzó en mi camino; qué porte, qué cadencia al andar. Era una ricura de mujer; me quedé embelesado y no pude frenar.
De pronto, una linda muchacha se cruzó en mi camino; qué porte, qué cadencia al andar. Era una ricura de mujer; me quedé embelesado y no pude frenar.
Vaya por dios... me temo lo peor, ni tú llegaste a la redacción ni aquella ricura de mujer llegó a ningún sitio nunca más. Muy bien captado el instante.
ResponderEliminarBuen relato, Juan Manuel.