La factura

Ella estimula su imaginación y complace sus fantasías. Mientras le habla entre gemidos al oído, él desciende hasta los infiernos del placer consigo mismo, mojando su mano. Justo a tiempo, el piiiii prolongado en el teléfono le hace salir de ese trance.

Semanas después: factura por servicio de sexo telefónico.
Escrito por Selene Argueta - Twitter

1 comentario :

  1. Supongo que nuestro protagonista tendrá un manos libres.
    Sugerente relato, Selene.
    Un saludo.

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