La sal de la vida
Le dieron las tres en el descansillo con el delantal desabrochado; las cuatro con la blusa enredada en el brazo; menos veinte con los tacones tirados en la alfombrilla; en punto con el sujetador suspendido en una taza sin sal.
A las seis y dos minutos gimió ante su puerta...
A las seis y dos minutos gimió ante su puerta...
Me da dos lecturas totalmente opuestas. Y aún no decido con cuál quedarme. Si con la de la excusa y el vecino macizo, o la de la petición y el desalmado.
ResponderEliminarMuy buen micro, María Belén.
Un saludo.
Esa es la idea, que hagas tuya la lectura y tu imaginación te lleve por donde desees quedarte.
EliminarMuchas gracias Maria.
Un saludo envuelto en abrazo.
Quién fuera tu vecino... Me ha encantado, como siempre. Como tú.
ResponderEliminarBesos.
Jajajajaja... Hay vecinos con muy poquita sal y otros que les encanta la vida con esa pizca picante y salina...
EliminarMuchas gracias Fernando.
Un beso.
Magnífico relato, Belén. Está escrito de una forma muy sugerente y con una gracia especial. Enhorabuena. Un abrazo, Au.
ResponderEliminarMuchas gracias Au.
EliminarHay ocasiones en que la sal no la pone la vida si no quien desea sugerir algo más allá de una invitación a una taza sin sustancia.
Abrazos bonita.
Voy a cambiar de sitio la sal, por si tengo que emplear más tiempo en buscarla, jajaja
ResponderEliminarMuy original.
Un saludo.
Jajajaa.. Haces bien. La sal en el armario más alto de la cocina, la sugerencia en el cajón más mano que encuentres.
EliminarMuchas gracias Jose Antonio.
Un placer concerte en persona.
Un saludo y un abrazo
Bien se podría considerar este relato un digno homenaje a la canción de Sabina, una buena mezcla de pasión y poesía. Tu protagonista se desprende de sus servidumbres para dar rienda suelta a su deseo, el verdadero, lejos de las obligaciones cotidianas. Lenta metamorfosis bien contada, con el culmen de una pasión posible.
ResponderEliminarAbrazos, Belén
Toda metamorfosis lleva su tiempo medido en tazas de vida y deseo.
EliminarToda vida obligada es servidumbre que no aspira a la rutina...
Muchas gracias Ángel por esta pasión con la que siempre lees.
Un abrazo enorme.
Con qué claridad nos explica el micro en qué consiste la sal de la vida que le da título.
ResponderEliminarNo se trata del condimento culinario, perfecta excusa para llamar a la puerta del vecino, sino de la pulsión erótica, la pasión amorosa que despierta en tu protagonista, que se debate entre la prolongada espera y la necesidad imperiosa del encuentro sexual.
¿Será un vecino del quinto tan atractivo como lo fue su homónima en la célebre película? No importa en realidad. Es el hombre que condimentará su existencia.
Preciosas, vitalistas y poéticas tus letras, Belén. Un placer leerte y haber compartido mantel y calidez en la Quedada. Besos.
Lo mejor es haber compartido tiempo, mantel, conversación, risas y abrazos.
EliminarLo demás... escribir con esa sal en la punta de la pluma, con la realidad soñada de un encuentro, con ese vecino que ves cada cierto tiempo y a pesar de ello condimenta tu vida de manera vital.
Muchas gracias mi querida Carmen.
Besos grandes.
Soy muy mala comentando. Solo puedo decir que me encanta cómo cuentas tu historia.
ResponderEliminarPues con estas palabras ya me doy por contenta.
EliminarMuchas gracias Valle.
Un abrazo
Original, amiga Belén.
ResponderEliminarLa sal de la taza necesaria.
Besicos, amiga
Esa sal que nos alimenta de aquello que deseamos...
EliminarMuchas gracias preciosa Cabopá.
Un besito.
Arden los descansillos del edificio de Cincuenta cuando los tacones de tus relatos pisan sobre su página. Pulsión y tempo marcado con la precisión del reloj del deseo.
ResponderEliminarFantástico de fantasía erótica. Esto y un beso que te mando, Mª Belén.
Seamos ese tiempo marcado a golpes de tacón, a pulsiones de vida, de deseo...
EliminarMuchas gracias Manuel.
Beso recibido y otro vuela hacia ti.
Trepidante y sensual relato, Belén. Sugiere mucho con muy poco. Un deseo irrefrenable que sintetizas con el gemido final… y que nos devuelve al título. Abres mucho la perspectiva para la participación del lector. Enhorabuena.
ResponderEliminarAbrazos.
Me alegra saber que has participado con tu lectura por esa sal de palabras, la sensualidad se hace real en la imaginación.
EliminarMuchas gracias Josep Maria.
Un abrazo.
Seguro que es pecado participar en la lectura de un relato como este. No me atrevo a decir que me guste no vaya a ser que me consideren un voyeur. Me pensaré mejor mi respuesta.
ResponderEliminarGracias por tu relato, Belén.
Pecado sería no caer en la tentación de la lectura de cada una de las historias de 50 paabras.
EliminarGracias a ti Manuel. Un abrazo.
Oy, oy, oy, oy...
ResponderEliminar¡Eres de lo más grande que pisa esta casa, mi querida poeta azul!
Solo puedo decir que la vida sin sal no es vida y tú nos lo has dejado muy claro, no solo con tus letras, sino también cada vez que nos vemos en persona y nos demuestras lo que es disfrutar de la vida a lo grande.
Mil besos, Belén. Mi enhorabuena siempre.
Malu.
OMG, jajajjaja...
EliminarMuchas gracias mi querida Malu.
Tú eres la sal de cada encuentro, la sonrisa que hace de las veladas magia.
Tus letras nos hacen disfrutar cada vez que nos las regalas.
Un placer compartir contigo el tiempo y el espacio siempre.
Besos mil preciosa.
Escritura en su punto de sal, al compás de un reloj a fuego lento, con la ropa huida y el deseo rendido en un rellano. "Estoy para lo que necesites", se dijeron como buenos vecinos, mientras uno escondía el salero y la otra guardaba la sal en el dormitorio.
ResponderEliminarDe un mujer pasional y de una escritora audaz, sensible y esencialmente poeta, es normal que surjan delicias como ésta.
Un beso enorme, Belén.
La sal la has puesto tú con tu comentario, con tu relato adaptado a mi escena, con tus palabras siempre llenas de acierto, sabiduría y buen criterio.
EliminarAprendiz de poeta y apasionada de la vida.
Muchas gracias Antonio, siempre es un placer encontrarnos, compartir, conversar en los encuentros y más allá de ellos.
Un beso gigante.
Tú con tus letras y tu presencia llenas de sal nuestras vidas. Además de uña Poeta con mayúscula eres una narradora excelente. Consigues algo muy difícil de una forma magistral: sugerir con tus palabras lo que no pone, pero llega a la imaginación del lector.
ResponderEliminarEres mágica, como escritora y, aún más, como persona. Un besazo. 💙
Tu fan, Pablo
Tú eres la sal de cada encuentro en la distancia y en la cercanía. la magia se escribe con la "P" de Pablo.
EliminarMuchas gracias por tu presencia siempre, por tus palabras y apoyo.
Mil besos azules.