La señora del anillo
Guarda hobbits bajo el pecho, ogros en las mazmorras de su paciencia, elfos entre su intuición y magos a flor de piel. Todos ansiaban el anillo único forjado en las cumbres de su carisma, pero ella había decidido entregárselo a los hombres, en mano, concretamente al anular de la mía.
Si tenía tantos seres mágicos que rondaban su persona, no era tanto por el anillo como objeto simbólico, ni por su valor al peso, sino porque el verdadero tesoro ("mi tesoro") era ella misma. Afortunado, sin duda, el dedo anular de ese hombre y todo él.
ResponderEliminarHay cosas que me gustan mucho y una de ellas es el Señor de los Anillos, me alegra saber que a ti también, como demuestra este original homenaje, aunque confieso que en mi caso no lo cuento mucho, que luego me llaman friki.
A partir de una historia conocida has creado otro distinta y de lo más sugerente. No solo eso, se nota que has disfrutado de lo lindo escribiéndola
Encantado siempre de coincidir contigo (con vosotros)
Un abrazo fuerte, Antonio. También recuerdos
—Pues yo soy friki —dijo ella tapándose la cara con las manos...
EliminarSí, lo confieso públicamente: soy un friki, entre otras rarezas. Disfruto con la fantasía más que un tonto con dos palotes y con el señor Tolkien, que me cautivó hace ya tiempo.
EliminarSomos muchos los afectados por el SFV (Síndrome del Friki Vergonzoso), pero no deberíamos vivir contenidos; ¡abramos las puertas del armario del frikismo y aireémoslo al mundo!
Soltada esta reivindicación, debo añadir que fue un placer disponer de más tiempo para charlar contigo. Amenazo con repetir.
Un fuerte abrazo.
Buscaba al Ünico, y no se dejaba engañar por usurpadores o vendedores de oropeles.
ResponderEliminarFantasía y realidad van de la mano. Bonito tu micro.
Un saludo, Antonio.
Me gusta mucho esta interpretación del microrrelato.
EliminarGracias por tu comentario, María y enhorabuena por salir del armario del frikismo ;-)
EliminarEnhorabuena al"propietario" de ese dedo anular y a ti, Antonio, por la factura de tan artístico relato.
ResponderEliminarSalvo que uno ame mucho a la otra persona, no se suele saber valorar bien, bien del todo, el valor del afecto movilizado por ella, la profundidad del alcance de sus (sólo en apariencia) donaciones, pequeños obsequios, detalles.
Quienes aman dan lo mejor de sí mismos; lo llaman entrega sin fisuras e incondicional. Son intensos.
Un abrazo!
Gracias Carmelo, en este caso el propietario y yo coincidimos. Tienes razón en que no sabemos valorar lo que tenemos y solemos lamentar no haberlo hecho cuando lo perdemos. Somos así de preclaros.
EliminarUn abrazo y gracias de nuevo por tu comentario.
Preciso homenaje a una gran mujer. Eres afortunado, Antonio. Ella también, por supuesto. De tu forma de narrar ya sabes lo que pienso: simplemente, sublime.
ResponderEliminarUn abrazo para los dos.
Pablo
Cierto, soy afortunado; ella, algo menos.
EliminarYa sabes que aprecio muchísimo tus comentarios, Pablo. Eres un tipo excepcional: sencillez, sensibilidad y talento no son fáciles de encontrar conciliados en una sola persona.
Un fuerte abrazo de los dos.
Quise decir "Precioso homenaje" aunque también es preciso.
ResponderEliminarOtro abrazo.
Anillo que sella una alianza con la mochila al completo: hobbits, ogros, elfos y magos. La mezcla de ingredientes que hacen la pieza única, con carisma. Afortunado protagonista. Enhorabuenas, Antonio.
ResponderEliminarUn saludo.
Sí, muy afortunado. Gracias Josep por dejarme tus impresiones, te lo agradezco mucho.
EliminarGran mujer y afortunado hombre.
ResponderEliminar¿Cómo haces siempre para dejar en tus lectores la sensación de estar saboreando joyas (siempre diamantes) mientras disfrutamos de tus letras?
Enhorabuena, querido Toni, beso grande.
Malu.
El único brillo que puedan tener mis relatos es el que les dais con vuestra lectura, algunos tenéis la mirada de muchos quilates.
EliminarMe encantó volverte a ver en Madrid. Eres una anfitriona de lujo y una compañía que siempre se quiere repetir.
Mil gracias por tu comentario.
Un besazo.
Menos mal que no tiene ni la oscuridad de los trasgos, la maldad de los nigromantes, o el gran ojo de Sauron que todo lo ve.
ResponderEliminarEso sí prepárate cuando se enteren los enanos que no los has nombrado, jajaja
Genial como siempre.
Un abrazo.
Ahh y deja de llamarla mi tesoooooro, por favor :-)
EliminarMadre mía con la mala leche que se gastan los enanos. Jajaja La que vas a liar Antonio.
EliminarNo hombre, toda la parte de Mordor ya la pongo yo, incluyendo a Gollum, que me tendrías que ver recién levantado...
EliminarGracias por tu comentario, amigo mío.
Un fuerte abrazo.
Calla, insensata, que no se enteren los enanos, que me minan la moral además de meterme el pico por donde me quepa.
EliminarAfortunado caballero en quien esta mujer mágica deposita su anillo como símbolo de enlace duradero. El tesoro es el amor mutuo y la fortuna de haberse encontrado.
ResponderEliminarPrecioso relato, Antonio. Un placer haber compartido estos días contigo y con la mujer mágica que te acompaña en la vida. Un fuerte abrazo.
Me alegro mucho de que te haya gustado, paisana.
EliminarMe encantó charlar contigo, un placer que espero volver a disfrutar en más ocasiones.
Gracias por tu comentario.
Un fuerte abrazo de los dos
¡Qué lindo, por favor! No sé quién es más afortunado si tú por ser el elegido o ella por tener un hombre que le escriba así.
ResponderEliminarYo, sin duda.
EliminarMuchísimas gracias por pasarte y dejarme tu comentario, Elena.
Un beso.
No sé si es en parte autobiográfico, si es así, mi más sincera enhorabuena Y sino, a mi como orgullosa Freaki ya me has ganado Jajaja
ResponderEliminarUn abrazo Antonio.
Me enorgullece que te haya gustado, Raquel. Tú, que te mueves en la escritura fantástica con auténtica maestría.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Un abrazo.
“No soy un héroe, lo sé”, dice Víctor Manuel en una de las canciones dedicadas a su pareja, y conociendo al objeto (valga la expresión) de tu homenaje, creo que podríamos decir lo mismo de ti, que no tiene mucho mérito que te hayas “colgado” con esa mujer, aunque sí, y mucho, que hayas expresado tus sentimientos de una manera tan sumamente original y bella. A estas alturas todos sabemos de la enorme calidad de cuanto escribes, pero se nota que en este relato has puesto un empeño muy especial. Enhorabuena por esta gran obra, Antonio; gracias por compartirla con nosotros, y muchas felicidades a los dos por ese “tesoro”.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias a ti siempre por la calidez que acompaña a tus comentarios, Enrique. Contar con ellos es uno de los tesoros que uno obtiene al escribir.
EliminarUn fuerte abrazo.
Esta Señora del Anillo, es aquella flor delicada, la dama luminosa, la sonrisa de sol y los ojos de inenarrable intensidad que tuve el placer de conocer en la IV Quedada unos segundos antes de conocerte a ti. Ya por entonces sospechaba que el aliento de tus palabras debía alimentar su fuego en un corazón puro que irradiara amor como una fuente de luz emana rayos. De otra forma no es posible verter poesía en moldes de cincuenta como lo haces tú. Qué afortunado eres, paladín. Y qué grande, también. Me conmueve el poderoso halo de tu palabra poética y el hecho en sí del caballero que dibuja sobre la armadura desnuda que es su pecho de poeta, el corazón en flor del Amor por su amada.
ResponderEliminarNo es sólo bello y sentimental tu texto, Antonio, sino de tan hermosa plasticidad, que convierte la sana envidia, en aplauso descomunal.
Después de disfrutar con su lectura, a partes iguales, uno bien quisiera haber sido el caballero (el autor) de esta justa, pero tampoco me hubiera importado ser la dama que recibe semejante homenaje. Envidiosa dualidad.
Esto, y un fuerte abrazo, amigo Antonio.
Un buen amigo ha comentado que en el texto faltaban los enanos. Pues ya no, me acabo de empequeñecer ante la arrolladora inmensidad de tu comentario, Manuel.
EliminarEste enano te mira desde abajo para agradecerte un comentario tan grande.
Un fuerte abrazo de enano.
Enhorabuena Antonio y no solo por tu relato, sino muy especialmente por la señora del anillo, por tu tesoro, nunca mejor aplicado el término, en cuanto a lo del frikismo, todos somos un poco frikis por uno u otro tema, por ejemplo yo me declaro sin ambages friki de cincuenta palabras y creo que somos muchos.
ResponderEliminarTe reitero mi enhorabuena.
Un abrazo
Muchísimas gracias Irre.
EliminarHay mucha fantasía en este rincón de la web y la fantasía es la madre de todo friki. Sí, yo también me declaro 50 veces friki.
Un fuerte abrazo.
Bonito mundo el de la fantasía, y si se vive compartido mucho más.
ResponderEliminarFelicidades a la preciosa friki-pareja, y que la disfrutéis mucho. Con textos como este, nos queda claro que es así.
Un beso.
Gracias M. Carme. Que la fantasía nos acompañe, a todos.
EliminarUn beso.
Este relato reúne todos los ingredientes de triunfo. Espero no equivocarme, Antonio.
ResponderEliminarUn saludo afectuoso.
Para mí ya es un triunfo si te ha gustado, María Jesús.
EliminarQué mayor premio que el ser leído y que te hayas molestado en dejarme tu comentario...
Muchísimas gracias.
Un beso.