Conocimiento carnal
—Guillaume, durante todos esos años que pasaste en Tierra Santa, ¿no me añoraste?
—Por supuesto que sí, Éléonore.
—¿Y no soñaste conmigo?
—Te soñé.
—¿Y no imaginaste que teníamos conocimiento carnal?
—Tengo que admitir que sí, Éléonore. Muchas veces.
—Pues fue una de esas veces, Guillaume, cuando me quedé encinta.
—Por supuesto que sí, Éléonore.
—¿Y no soñaste conmigo?
—Te soñé.
—¿Y no imaginaste que teníamos conocimiento carnal?
—Tengo que admitir que sí, Éléonore. Muchas veces.
—Pues fue una de esas veces, Guillaume, cuando me quedé encinta.
La imaginación es poderosa aliada, eso o que Guillaume, al igual que Luke Skywalker, posee un control absoluto de la Fuerza y en una de sus traslaciones carnales tuvo lugar, como bien afirma Éléonore, el tan ansiado conocimiento; eso o le ha puesto unos cuernos como los de un ciervo.
ResponderEliminarSabemos que las capacidades de la mente y de la imaginación aún están por explorar, pero no sé si tanto. En la Edad Media, en la que quizá eran más crédulos, puede que fuese otra cosa. Aplicar la fe a los misterios o situaciones dudosas es lo más sencillo, para qué marearse más. No es descartable que ese bravo guerrero de la cristiandad crea la explicación de su esposa, si además le trae un hijo varón, seguro que se lo perdona todo. Seguro, también, que él no contará sus andanzas en aquellas tierras, quién sabe si no dejó también descendencia.
ResponderEliminarDivertido y original este "conocimiento" tan particular.
Gracias por tus relatos en Cincuenta, Plácido
Un abrazo
Jajaja Sería interesante que fuesen reales las palabras de Eleonore .. mucho me temo que ... aunque bueno, la literatura todo lo puede.
ResponderEliminarUn abrazo Plácido, he disfrutado mucho con tu relato.
Desde las primeras líneas se nos va ensanchando la sonrisa al leer este relato de base histórica y notable altura literaria. Aunque más difícil era el tema de la paloma convertida en Espíritu, y mira el juego que ha dado. Un abrazo, Plácido.
ResponderEliminarHay que reconocer la agudeza de la dama, el poder de la imaginación y las magníficas actualizaciones de mitos y literatura clásica que nos has ido regalando en esta página, Plácido. Felicidades y muchas gracias por todo ello. Un abrazo.
ResponderEliminarPlacido, me encanta tu forma de ver la vida y como la traspasas a tus "cuentitos". El de hoy es un modelo de ingenio, digno colofón para esta página.
ResponderEliminarSaludos virtuales
Qué cachonda esa Éléonore. El pobre Guillaume despojando infieles de este cristiano mundo mientras su infiel esposa campa a sus anchas en su cristiana alcoba.
ResponderEliminarQuien sabe, lo mismo cuela la excusa. cosas más extrañas se conocen en la historia de la cristiandad relacionadas con una paloma...
Qué lujo terminar con buen humor y buenas historias, Plácido. Y qué lujo haber compartido 50 palabras contigo.
Un fuerte abrazo.