Culto a la belleza

Era un escultor tan bueno que creaba obras de un hiperrealismo colosal. Fue consciente de ello el día que tuvo que llamar a la ambulancia para que atendieran a su modelo. La pobre tenía clavado un escoplo en una cadera. "Quise hacer más esbelta su figura", explicó a los sanitarios.
Escrito por Juan Badaya - Web

3 comentarios :

  1. Hay artistas que nunca dan por acabadas sus obras. Lo que un día consiguen que sea de su agrado al día siguiente ya no están conformes con ello. El escultor de tu relato había mirado esa cadera muchas veces, pero aquel día buscó la perfección y confundió la realidad con su obra. Era demasiado hiperrealista.
    Me gusta tu relato Juan, un abrazo

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  2. Hace años me sorprendió en un periódico la historia de una escultura demasiado realista, aprovecharé tu impulso Juan, para contarlo algún día. Luego está la historia de Miguel Ángel al contemplar su Moisés, también hubo un golpe de martillo y cincel.
    Es un relato inspirador, como puedes comprobar Juan, Gracias.

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  3. Gracias a ambos por los comentarios. Recuerdo, Javi y Manuel, que hace 2 años hubo una exposición en un museo de mi ciudad sobre el hiperrrealismo y quedé impresionado por el parecido con la realidad. Me daba vergüenza contemplar aquellos cuerpos desnudos como un voyeur descarado. En este relato me he tranquilizado mirándo el asunto con humor. Ya estoy en paz conmigo mismo.
    Hasta otra.

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