El día que fui hacia la luz

Un hombre extraño me dio a elegir un instante de mi vida para pasar la eternidad. Tardé en escoger, pero me decanté por aquella tarde en Cádiz, la única, en la que paseamos de la mano. No recordaba que ya te echaba de menos entonces.

O algo así debió ocurrir.
Escrito por Miguel Ibáñez

7 comentarios :

  1. Precioso. Esos recuerdos que son y no son. Nos queda ese nosequé queseyo de lo que sentimos en ese instante (o no).

    Un saludo, Miguel.

    María Galerna

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  2. Cádiz tenía que ser...
    Relato redondo, lleno de luz que ilumina todas las sombras del mundo.
    Precioso, Mike.
    Un beso, enhorabuena.
    Malu.

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  3. Hay momentos que justifican una existencia y que proporcionan energía para toda la eternidad.
    Emotivo, profundo y hermoso, Mike.
    Queda confirmado lo que ya sabíamos: tú sí que sabes.
    Un abrazo, fenómeno

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  4. Eres único sacando a La Luz sentimientos. Tienes un don. Aprovéchalo.
    Abrazo, Mike.
    Paul

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  5. Carmelo Carrascal22/1/19, 20:52

    Miguel, en primer lugar enhorabuena por tu triunfo entre el conjunto de relatos del pasado 2018.
    El azar va a hacer que seas, por así decirlo en términos cinematográficos, "el último mohicano" premiado a lo grande en "Cincuenta".

    El AMOR es intemporal, una fuerza de la naturaleza que arrasa y se impone. Pugna con todos los límites que osan cruzarse en su camino, el espacio, la actitud de cálculo prudente y la misma cordura entre otros.
    Pero tal vez lo más característico suyo sean estos rasgos: intensidad y tensión permanente, sin fin.
    La intensidad del enamorado, del que ama como quien respira y halla el sentido a la vida en ello.
    Tensión entre el ansia de llegar al otro y el logro correspondiente, entre el ideal y la realidad que pronto, poco a poco, enseña sus dientes...
    Hay tensión tb. en la paradoja de que cuando la persona amada está más cerca, pongamos en sus brazos ("sus" de amb@s) resulte como increíble o incierto, y al mismo tiempo tan arriesgado que se teme perderla.
    Este temor a perder al ser amado lo entreveo en tu idea (casi) al final de tu inspirado micro ("no recordaba..."). Sentimiento que, tal como lo interpreto, se confundiría con el temor de perderlo.
    Ahora bien, ¿cómo se puede temer perder lo que todavía no se ha hallado?
    Acaso porque en cuestiones de amor nada se sabe con certeza, nada es suficientemente nítido, suficientemente correspondido (o eso se suele creer), suficientemente estable, diáfano, seguro y duradero. Prima el misterio.

    Un abrazo y que tengas, Miguel, mucha suerte en el futuro!

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  6. Miguel, tienes un talento innato para poner los sentimientos en letra. Tus historias sacuden, y de qué manera; como los seísmos que nacen en el epicentro del corazón de los poetas.
    Lamento que no hayas hecho más caso a Pablo cuando te insistía que escribieras más. Una treintena de historias, viniendo de ti, son muy pocas.
    Espero que entres en razón y puede disfrutar del subidón cuando encuentre historias tuyas por ahí.
    Un abrazo.

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  7. Miguel, tus textos consiguen captar sentimientos y dibujarlos con unas pocas palabras. "Ya te echaba de menos..." uf, parece que ese día ya le quería más él a ella (o eso interpreto yo).
    "O algo así..." - por lo que ahora está viviendo como eternidad, es lo que cree que pasó.
    Y esto es lo que creo que quieres decir, y si no, pues cuando te pases por aquí (si se da el caso), dejas unas palabras para aclararlo.

    En cualquier caso, leerlo te contagia una ternura... será la carga de sensibilidad que dejas en las letras.
    Un beso.
    Carme.

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