La vida sigue igual
Terminada la cena tomó el móvil y enviando un whatsapp al grupo Los discípulos anunció su
advenimiento. Pedro negaría tres veces en Twitter haberlo recibido, pero identificado en el
selfie donde Judas besa su mejilla tras saltar la valla de Ceuta, el Gobierno de España decretó
su expulsión en caliente.
Extrapolas y agitas escenas, vivencias y emociones. Y comprendemos que la evolución técnica de la humanidad ha sido exponencial, pero que la lucha del bien y del mal subyace y nos acompaña irremediablemente. Un gran relato el que nos regalas para empezar el año, Manuel, enhorabuena. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Salvador, me alegra mucho verte por aquí de nuevo y espero también disfrutar de un nuevo relato tuyo este mes. Se te echa de menos por estos lares.
EliminarGracias por este nuevo comentario de palabras tan ajustadas y precisas como acostumbras, que subrayan la parte esencial del texto y vienen, además, cargadas de un espíritu positiva que animan a empezar bien el año.
Eso te deseo, un año como espacio donde se vean realizados tus sueños y proyectos.
Un abrazo.
No se me ocurre mejor manera de empezar el año que con tu creatividad y buenas letras, Manuel. Pasada la ebullición de las celebraciones nos encontraremos con un año nuevo, si no igual, si muy similar y con iguales o hasta peores problemas, para que vamos a engañarnos. Todo está en constante movimiento, pero las cosas tampoco cambian tanto, aunque lo dijese Julio Iglesias en su célebre canción con la que inició su carrera.
ResponderEliminarTodos somos hijos de nuestra época, queramos o no. El entorno y las circunstancias nos condicionan. Hasta Aquél que fue enviado para salvar a los hombres lo hizo en la época en la que llegó. Si lo hiciese en ésta, utilizaría la manera de llegar a más gente, en lugar de tomar el pan, tomaría un móvil.
Imaginativo e inteligente relato, en el que la tecnología interviene y el problema de la inmigración aparece, pero en el fondo, "la vida sigue igual".
Un abrazo fuerte, Manuel. Feliz año y que no falten tus letras.
Y felicidades, que hoy es tu santo.
EliminarGracias por la felicitación, Ángel, y por el regalo. Aunque lo disfruto cada mes, tu comentario es todo un regalazo siempre, pero como tú dices, empezar el año con el regalo de tu tiempo y tus palabras, es, como poco y sin exagerar, oro, incienso o mirra para este portal incrustado en la ventana de Cincuenta.
EliminarEn cada tiempo esta humanidad creciente e imparable se desenvuelve en su contexto y, en este, la eclosión sin freno de las tecnologías dejarán su huella patente en la historia. Pero hay tanto humano en el mundo que la taza que nos contiene se desborda, como siempre, por los más débiles. He querido tenerlos presentes e intentar esta pirueta ahistórica con personajes bíblicos.
Te agradezco la red que me presta tu comentario para pensar que al menos he conseguido salir airoso, porque lo que hay en el relato está perfectamente dibujado en tus palabras.
Recibe un abrazo, pero un abrazo, de los especiales, de los que te crujen no el pecho, sino el rinconcito del alma adonde espero que llegue el aprecio que te tengo.
Un Feliz Año en el que espero leer muchas nuevas historias tuyas y que reciban los galardones que merece tu mirada sobre las cosas y las personas que pueblan el mundo.
Me encanta, Manuel. Una historia actualizada y resumida magistralmente en cincuenta palabras.
ResponderEliminarSiempre me sorprendes con tus relatos.
Un abrazo, felicidades en tu santo y feliz 2019.
Muchas gracias, Pilar, me llenas de alegría con tu felicitación y con tus palabras para el relato.
EliminarTe envío un abrazo junto con mis mejores deseos para 2019. Espero que nos leamos mucho y sigamos en contacto, al menos, por los comentarios. Luego, a ver si en la próxima quedada nos conocemos en persona.
Simplemente genial, Manuel. Has puesto el listón altísimo nada más empezar el año. ¡Enhorabuena! Te deseo lo mejor para el 2019. Un abrazo.
ResponderEliminarHola, Juana, qué alegría que te guste el relato y contar con tu presencia en este rincón.
EliminarTambién te deseo que sea un año pródigo contigo y con tus letras. Os mando un abrazo a ti y a tu esposo.
Jesús, Pedro y Judas se ven implicados con la actualidad más palpitante. De ahí sus whatspps,Twitters y selfies...
ResponderEliminarComo bien se sintetiza en el título, todo en la vida sigue igual. ¡Quién iba a decirlo!
Esta ruptura del tiempo a lo grande, más de veinte siglos aparcados de un plumazo en la ficción del micro, tiene su el qué. Sí, me ha gustado.
Recibe mi primer abrazo de este 2019, Manuel.
Estos tres personajes de leyenda dan para esto y mucho más, Carmelo. He pensado que era necesario poner al día su nivel de usuario tecnológico, porque quien no se adapta a los tiempos corre el riesgo de perderse en ellos.
ResponderEliminarcomo bien dices, es un salto temporal que da vértigo, pero en lo esencial podría decirse que la única herramienta que seguimos usando es la amígdala cerebral, la que invoca los miedos instintivos y, entre ellos, el de desconfiar de quienes son diferentes. Las tecnologías avanzan a ritmo vertiginoso, pero el corazón del hombre sigue anclado en su fase más animal. En fin, como dice el título...
Recibo tu abrazo y va el mío a desearte un Feliz Año.
Qué magistral manera de representar la conocida historia de la última cena con actores y situaciones actuales. Sólo la mente de un artista como tú es capaz de captar la imagen de los que intentan salvar su vida saltando las vallas y superponerla con aquellos que participaron en la cena narrada en las sagradas escrituras, dándole, además, un tono de actualidad que refleja el uso de la tecnología moderna.
ResponderEliminarMe ha parecido el tuyo un relato simplemente genial, Manuel. Espero seguir leyendo y disfrutando de tus relatos en este nuevo año que empieza y que te deseo muy feliz.
Un abrazo
Te agradezco mucho tus palabras, después del relatazo que has publicado hoy. Me ha encantado, pero bueno, luego te diré en tu apartado. Es difícil encontrar un punto de vista original para enfocar temas que de una u otra forma tocamos muchos autores de microrrelatos. Me admira la capacidad de compañeros y compañeras de afilar palabras y enfoques y sacar oro de temas aparentemente triviales, o bien, muy tratados por otros.
ResponderEliminarHe intentado empatizar con el tema de los refugiados, partiendo de una hipótesis ahistórica que supondría que Jesús y los discípulos, perseguidos en su país de origen, se convertirían en inmigrantes que son repatriados sin ningún, o poco miramiento.
Gracias por tus consideradas palabras,Javier, te envío un abrazo y buenos deseos para el Nuevo Año. También yo me froto las manos deseando que el 2019 nos siga ofreciendo la oportunidad de leernos y comentar.
Mientras leía la primera frase me imaginaba a alguien pronunciándola desde el púlpito y se me ha escapado una sonrisa. Sonrisa que se ha quedado helada al llegar a la última línea. ¿Cómo se puede decir tantísimo con tan pocas palabras? Bravo, Manuel.
ResponderEliminarLa vida sigue igual, sí, e igual de alto sigue el listón en esta página.
Un abrazo.
Fina, ya sabía yo que te echaba de menos por algo especial, y es que tus comentarios me hacen ya plantearme la próxima historia, ¿Podré sorprender a Fina?
EliminarVoy a intentarlo. Muchas gracias por volver a mi rincón. Te mando un fuerte abrazo.
Intertextualidad utilizada con maestría, Manuel. Dos mil años después, advenimientos, negaciones y traiciones siguen igual, como reza el título. Me ha parecido genial. Enhorabuena.
ResponderEliminarUn abrazo y mis mejores deseos para el año recién estrenado.
Gracias Josep María, considero muy valiosas tus acertadas apreciaciones. Jugar con la intertextualidad es un juego ameno, pero complejo. Me alegra que te haya gustado.
ResponderEliminarBuenas letras y buenos momentos para este año. Un abrazo.
La vida ya no sigue igual si nos metemos en este mundo tecnológico en el que vivimos, pero tu título sí que ha traido a la realidad cercana y diario y entonces, sí, sí la vida sigue igual para muchos.
ResponderEliminarBesicos. Me ha gustado mucho. Suerte
La vida, como el río de Heráclito, parece el mismo río, aunque no lo es; el mismo perro lleva otro collar.
EliminarMe alegra que re guste, Carmen, me agradan ru visita y ru comentario. Muchas gracias, un beso.
Qué interesante mezcla del Nuevo Testamento con la más cruda realidad de los africanos que intentan cruzar la frontera europea desde Ceuta. Es un ejercicio de intertextualidad magnífico, creativo y muy crítico.
ResponderEliminarFelicidades y un fuerte abrazo, Manuel.
Querida Carmen Cano, cómo me alegra que apreciea el relato porque sudé la tinta con la que lo escribía. Hay temas que ajustarlos a cincuenta me cuestan lo suyo. Tu has apreciaado todos los mimbres con los que me prpopuse construirlo. Gracias por prestar tu ojo certero a mis letras.
EliminarUn abrazo y un beso te llegan con mis letras.
La vida sigue igual decía aquella canción que uno recuerda interpretada por Julio Iglesias, y si bien, como aseguran –y es verdad- entre otros Steven Pinker, la humanidad ha avanzado mucho y estamos mejorando, debe de ocurrirnos como al PP, del cual se preguntaba Alfonso Guerra de dónde vendría debido al tiempo que llevaba viajando hacia el centro.
ResponderEliminarTambién habría que preguntarse de dónde venimos nosotros si a pesar de las injusticias, desgracias, crímenes y otros muchos desmanes que ocurren a diario, estamos mejorando. Pero la pregunta es fácil responderla, para ello sólo es necesario darse una vuelta por la Historia, auténtico tren de los horrores.
En tu microcuento has traído a colación a JC y sus discípulos, como decía aquel cura del chiste de ideas avanzadas, quien, según las doctrinas del cristianismo, vino a salvar a la humanidad, pero no aquí, no de inmediato, sino para un después de esta vida en el que seremos juzgados, no sé si al estilo del fresco que preside el altar mayor de La Capilla Sixtina pintada por Miguel Ángel, o al estilo de El proceso de Kafka. De momento, seguimos en el valle de lágrimas.
También Dostoievski, en su novela Los hermanos Karamazov, imagina una nueva llegada de Jesucristo a la Tierra, y la sitúa en Sevilla, o sea, no muy lejos de donde tú has situado tu microcuento. La experiencia, como en tu caso, es igualmente negativa, y ese Cristo retornado es expulsado por el Gran Inquisidor, el cual le da a entender que no pinta nada en este mundo. También el Cristo de tu microcuento es expulsado por el gobierno de España, pero me temo que todos o casi todos los gobiernos del mundo harían lo mismo, alguno incluso lo mataría, y tendría que volver a resucitar de nuevo.
Imagino que el Cristo de tu microcuento viene también con intenciones redentoras, con el ánimo de luchar por la justicia, pero está visto que nada tiene que hacer en este mundo, sus discípulos repiten comportamientos: Pedro vuelve a negarlo tres veces, ahora utilizando las tecnologías actuales, que también aprovecha Judas para hacerse una selfie con intenciones crematísticas, supongo, parecidas a las que, finalmente, le llevaron a ahorcarse según cuenta el Evangelio de San Mateo.
Y las autoridades aprovechan el poder de esas tecnologías actuales para echarlo del mundo civilizado, como ocurre con tantos otros que buscan un poco de esperanza en nuestras sociedades privilegiadas. Analizar el porqué de esas diferencias entre seres humanos y países daría para varias enciclopedias. En definitiva, todo es una cuestión del reparto de la riqueza, la cual, como decía Ghandi, hay suficiente en la Tierra para satisfacer las necesidades de todos, pero no para satisfacer la codicia de unos pocos, los cuales, me temo, no se conformarían ni con todo el universo.
Lo cierto es que este mundo sigue siendo tierra hostil para las aspiraciones salvadoras de Cristo, y de no venir con unos superpoderes mayores que los de todos los superhéroes de la factoría Marvel, no tiene nada que hacer.
Eso es lo que la tradición cristiana dice que ocurrirá al final de los tiempos, cuando Cristo vendrá con toda su gloria y majestad, mientras, seguimos lejos del Edén y en la Edad de Hierro, la más vil de las edades del hombre, según la mitología griega, y si tal creencia es un cuento chino aunque contado por judíos, no sé cómo vamos a conseguir escapar del lodazal en el que nos hemos emporcado durante siglos, pues los retos que presenta el futuro, a pesar de los espectaculares avances de la ciencia, son inmensos e inquietantes. O quizá sea que tenemos que pasar por miles de reencarnaciones para desbrozar del todo nuestros espíritus.
Excelente microcuento, Manuel, en el que, tirando del hilo, aparece un ovillo inmenso del que yo sólo he sacado unas pocas hebras. Mi enhorabuena, mis mejores deseos para ti y los tuyos en este año 2018 y un fuerte abrazo.
Tierra hostil. Así parecen declararse los países avanzados ante una humanidad necesitada de cobijo. La palabra de JC, resumida en lo esencial venía a decir algo que tú has comentado más arriba. La necesidad de repartir la riqueza, de ser justos e integrar a los pobres. Pero curiosamente, en unas sociedades fundamentadas sobre el credo del cristianismo, rabiosamente espiritual y antimaterialista, es donde más se ha incrustado el sistema capitalista que ha antepuesto el interés económico y el bienestar propio del sujeto individual ante la carestía y la necesidad de los pobres y los perseguidos por razón de su credo o sus ideas.Sencillamente, no interesa otro discurso que el imperante: enriquecerse es realizarse, cueste lo que cueste y a costa de quien sea y de lo que sea. Que se pisotea al justo, que se asolan bosques primarios, que se asesina a activistas medioambientales, que se conculcan los derechos de las minorías, que se niega el asilo político, que se niega el socorro a los inmigrantes que perecen en el mar... ante todo preservar este sistema demencial donde el consumo es precepto principal de la nueva religión encarnada en el dios Mercado. Consumir es ser, realizarse mediante el acto compulsivo de la compra para obtener satisfacción inmediata y así, una y otra vez, girar en este carrusel vertiginoso donde se cierran los ojos para no ver, para justificar que crezcan vallas, muros, fronteras de alambre frente a los otros, allí donde la religión del buen Jesús hablaba de tender la mano hacia los semejantes.
EliminarDe estas cuitas, nacen estos relatos donde se mezclan creatividad y reflexiones. Pocas palabras tal vez para intentar abordar semejante complejidad llena de aristas. Afortunadamente, para mi bien, existen lectores como tú, amigo Enrique, cuya sensibilidad y cultura aportan al relato puntos de vista y pareceres que lo enriquecen, lo matizan e incluso le prestan un fundamentado e impresionante contexto de citas y referencias literarias ayudando a soportar su leve andamiaje, y por otra parte también, haciéndonos disfrutar y gozar, pues la lectura de tus comentarios es como la salsa que condimenta con exquisitez la vianda servida a la mesa.
Echaré mucho de menos esta página y estos momentos de intercambio. Aquí nos conocimos y ha crecido y madurado el aprecio que siento hacia ti como amigo de letras. Creo que nunca antes había tenido amistades nacidas del ejercicio de la palabra por sí misma. En este caso fue antes el huevo que la gallina. Esta página sin duda, si no milagrosa, es mágica cuando menos.
Te agradezco tu tiempo y tus palabras. Las de hoy y las de tantas veces. Siempre, fuera el relato más o menos acertado, me he sentido recompensado por el acto de generosidad que representa por tu parte y enriquecido por tus aportaciones. Seguiremos en contacto por otros sitios de la red. De todas formas, a ver si no decae la intención y es posible que volvamos a encontrarnos físicamente unos y otros de los que hemos participado aquí.
Feliz año 2019, para ti y los tuyos, igualmente. Un fuerte abrazo.
Jope, no sé que decir, pero tenía que decir algo...
ResponderEliminarMe ha parecido EXCELENTEEEEEEE.
Feliz 2019. Besotes.
Olga Noyaaaaa, muuuuuuchas gracias por este comentario tan contundente. Como diría aquel, me quedo encantado que sea esta la palabra que te ha inspirado.
EliminarBesos para ti y Feliz 2019!!!
Tómense tres partes del Nuevo Testamento, dos de tecnología, dos de redes sociales, cuatro de rabiosa actualidad y cinco de Humanidad, agítese con maestría y obtendremos un magnífico relato que difícilmente puede condensarse en cincuenta palabras enhorabuena por comenzar el año con tanto nivel.
ResponderEliminarLa vida sigue igual sobre todo para algunos.
Un saludo
Irreverente, no sólo eres un maestro del relato breve, sino que la coctelería se te debe dar de lujo, jaja. Me alegra que hayas encontrado gusto a esta mezcla un tanto explosiva.
ResponderEliminarLa vida sigue igual, pero ya no tanto. Sobre todo para los cincuentistas. Nos veremos en alguna otra. Un abrazo.
De la misma forma que las obras pintadas están formadas de pequeños trazos que juntos adquieren sentido, tu faceta de pintor se palpa en tus historias. Siempre resulta sorprendente tu capacidad de crear grandes composiciones a partir de cosas más pequeñas. En este relato consigues además, usando elementos fuera de contexto y, a mi modo de ver, una crítica al endiosamiento de las redes y a ciertas políticas de grano grueso que no distinguen ni a dioses ni a humanos.
ResponderEliminarLeer tus historias ha sido un lujo y un aprendizaje; tu valentía, una inspiración y tu sensibilidad, un placer. Estaré pendiente de lo que escribas, de lo que pintes y estoy seguro que aquel encuentro en Madrid donde nos conocimos, no será el último.
Un abrazo de oso, sin madroño.
Creo que la reciprocidad ha marcado muchos de los comentarios que nos hemos ido dedicando a lo largo de este rico tiempo dedicado a Cincuenta. Inspiración, admiración y en suma, aprendizaje. Aprendemos de aquellos que nos incitan a seguir la senda elegida, los que son ejemplo o guardan con nosotros paralelismos en la forma de mirar y de sentir, en la ilusión e incluso en la intención de construir o, al menos, aportar un granito de arena a la construcción de un mundo mejor. Y cuando no es posible, intentar crear un mundo imaginado donde quepa lo que se sueña con los ojos despiertos de la luz de la razón y el entendimiento.
EliminarNo sólo escribir es un juego. Lo es en el sentido de que jugar es vivir, pero no en su sentido de trivialidad. Tú y yo, Antonio, hemos escrito, creo, todo este tiempo con el corazón latiendo en el puño de la poesía, y eso, aparte de ser una forma de comunicar singular y propia, es también una forma de posicionarnos y hacer trinchera contra un mundo cada vez más veleidoso y banal.
Probablemente, eso ha hecho que nos nuestras miradas y nuestras personas fueran cómplices en esta aventura de escribir para ser y crecer y compartir.
Suscribo las palabras que me dedicas como si estuvieran dichas para ti, lo sabes.
De momento, no sé si me prodigaré mucho en otros círculos de letras, pero sí espero que volvamos a encontrarnos. Tenemos mucho que celebrar.
Un fuerte abrazo, Antonio.
Sencillamente, brillante. Es un buen ejemplo para explicar el antiguo testamento a las nuevas generaciones. Lo pillarían a la primera.
ResponderEliminar¿Qué te digo, Manuel? Que cada micro que publicaste, incluidos los de final de mes, llevan tu magia; esa magia que eres capaz de transmitir con las letras y con tus maravillosas pinturas. Ambas cosas destilan el alma de un hombre bueno y sabio que trajo a mi vida la persona que más quiero del mundo. Él sí que sabe elegir a la gente que merece la pena. Eres otra de las personas de las que no me pienso despedir porque, simplemente, desde el día que nos conocimos, formas parte de mi vida. Nos seguimos leyendo y, estoy seguro, también viendo.
Abrazo para ti y beso para tu hada.
Pablo
Querido Pablo, sí que nos vamos a ver de nuevo, por nuestra tierra o en cualquiera de ellas, pues para las letras no existe patria que no sea propia. Aquel feliz encuentro ha derramado mucha felicidad posterior y, qué duda cabe, fue magia protagonizada por nuestros acompañantes. Pablo, tu hijo, con la sensibilidad y el aplomo de alguien mágico y mi chica, Lilian, un hada con sonrisas por alas, era imposible que no se encontraran en aquel laberinto de casetas. Estas casualidades tan casuales acaban siendo el combustible que nos alimenta a todos los que nos encanta columpiarnos en el alambre de la imaginación y la creatividad. Son los momentos que constatan que la fantasía se cruza con nosotros más a menudo de lo que creemos. Sólo es necesario aprender a ver lo invisible. Lo mágico está ahí, tras el umbral, esperando que vayamos a descubrirlo.
EliminarMe lancé al vacío y me encontré este país de letras, este colchón de afectos, de apoyos y aliento que siempre me animaron a seguir escribiendo. Ahora que nos decimos un ¡Hasta pronto!, es cuando se valora el recorrido de algo más de dos años para mí siguiendo cada día la página, los relatos, los autores favoritos y esperando el comentario de los habituales para saber cómo habría quedado el mío, qué impresiones daba.
He aprendido mucho, sobre todo a tener constancia y a disfrutar de mi participación y la de los otros. Tu filosofía al respecto siempre me ha inspirado, tanto como esos relatazos que te has marcado cada mes. Gracias por ello y, también, por los aplausos y ánimos con los que me invitabas a seguir escribiendo.
Conocerte fue magnífico, porque constaté, al igual que en otros muchos casos de amigos y amigas de esta página, que su grandeza de letras quedaba pequeña al lado de su grandeza como personas.
Más que una aventura, Cincuenta ha sido una fiesta. Así que, sencillamente, amigo Pablo, gracias por invitarme.
Esto y, como no puede ser menos, un fuerte abrazo para ti y otro para SúperPablo, con quien también espero coincidir alguna vez.
Jo!... este tiempo que he estado más desconectada de comentar me he perdido joyas de conversaciones por este blog como esta respuesta tuya. Dejando a un lado las vinculaciones personales (importantes y excelentes!, pero iba a resaltar otro aspecto), hay verdaderas preciosidades. "Sólo es necesario aprender a ver lo invisible. Lo mágico está ahí" - como en el Principito, verdad? ahí hemos de buscar todos. Me quiero unir a columpiarme en ese alambre de la imaginación y la creatividad! Bueno, a ver dónde podremos leer tantas buenas historias!
Eliminar-fin del "colarme en comentario ajeno"- :-)
¡Se me pasó esta genialidad!
ResponderEliminarEstá claro que te meces muchas veces en ese alambre del que hablabas antes. Me gustaría poder tener un hueco ahí para subirme de vez en cuando.
No sólo es original el planteamiento sino que lo resuelves enlazando con la realidad, añadiendo reivincidación social. Todo en 50 palabras. Chapeau!!
Kisses!
Como dice la canción, M Carme, no importa llegar primero que lo importante es llegar. Y llegar con tu energía y tu simpatía deja una huella aquí donde volver de vez en cuando a columpiarnos en la fructífera melancolía que será volvernos a leer en presente sabiendo que relatos y comentarios son parte ya de un pretérito que fue dulce, vibrante y enriquecedor.
EliminarSe me agolpan metáforas queriendo describir el poder y el sentido de esta página para quienes lo hemos vivido tan a fondo, pero me quedo con la de la perla. Como se forma, filtrando grano a grano de sal y arena en el centro de la ostra, así Cincuenta, relato a relato ha forjado este fulgor que resplandece en su despedida. El joyero que tiene la llave de semejante tesoro debe sentirse tan radiante como un sol amaneciendo sobre el mar.
Yo, así resplandezco también cuando recibo estos comentarios tuyos tan salados, tan alegres y vitales que me hacen lanzarte un abrazo que te atrape allí donde estés ahora escribiendo otro relato, aunque esta vez no sea exactamente de cincuenta palabras.
Querida M Carme, un abrazo grande, grande. Gracias.