Mágico Western

El tipo de la chistera sonríe descubriendo la escalera que despacha la partida. Hace trampas. Es evidente. Así que Billy responde desenfundando su revólver, pero el miserable chasquido que suena al accionar el gatillo le confirma que ha dejado de ser el pistolero más rápido a este lado del Misisipi.
Escrito por Ignacio Urtiaga

4 comentarios :

  1. Has reflejado muy bien una escena enmarcada en un mundo legendario e implacable de ciudades sin ley, lleno de una magia especial que nos ha hecho quedarnos pegados a la pantalla durante muchas horas de nuestra vida, además de jugar a vaqueros, aunque ahora parece que ya no es un género de moda. En ese universo propio y aventurero la rapidez al desenfundar es garantía de longevidad, mientras que su carencia no puede traer nada bueno. Billy (quizá Billy el Niño) se ha dado cuenta del declinar de su destreza que le ha permitido vivir un día y luego otro a costa de rellenar huecos en el cementerio, pero posiblemente no tenga mucho tiempo para reflexionar sobre ello.
    Mágico Ignacio, sabes que tienes toda mi admiración y aprecio, no solo (aunque por supuesto también) por tu generosa e indispensable aportación al diseño de nuestra querida página y a sus maravillosos libros, también por tus letras, siempre tan originales y de muy variados temas, aparte de por ser un tío grande, uno de los motivos por los que este periplo cincuentista ha sido tan especial y nos acompañará siempre.
    Esa creatividad singular que se refleja en tu trabajo debe seguir teniendo continuidad con la pluma, que te animo a que no dejes de mover, y a ver si puede ser que nos veamos, por lo menos una vez año.
    Te deseo lo que mereces, que no es otra cosa que lo mejor. Recuerdos para quién tú sabes, que el Lega llegue a la Champions y ya sabes donde tienes un amigo.
    Un abrazo fuerte

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  2. Con esta escena del héroe del western venido a menos he recordado las sesiones dobles del cine dominical. Siempre había una película de vaqueros. Has trasladado la magia del género a la del recuerdo infantil de las pipas, los caramelos y los aplausos encendidos en los momentos de máxima exaltación.
    Ignacio, espero que sigas escribiendo. Tenemos tanto que agradecerte en esta casa, que no sé por dónde empezar: tus originales micros, tus maravillosos y altruistas diseños de página, los libros que guardamos como tesoros y tu calidez humana. Ojalá podamos coincidir en algún encuentro improvisado. Un abrazo enorme.

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  3. Josep Maria Arnau31/1/19, 9:40

    Homenaje a un género memorable, Ignacio. Quizás, como le pasa a Billy, ya no es su momento. Pero tu relato recupera su magia.
    Aunque hace poco que participo en Cincuenta palabras, conozco tu papel apoyando el proyecto con el diseño de la página y los libros. Estoy triste porque esta iniciativa única se termina, pero orgulloso de haber sido cincuentista durante unos meses. Te deseo lo mejor cara al futuro.
    Un abrazo.

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  4. Descubro mis cartas. Desenfundo y disparo sólo dos palabras: gracias artista.
    Y un abrazo.

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