Pecados mortales
Dejó sus premisas al pie de la cama. Primero, respeto; segundo, nunca humillar; tercero, sin sumisión; cuarto, libre de cardenales; quinto, sin mordiscos; el sexo, ausente de violencia; séptimo, enmudecer los insultos; octavo, orfandad de golpes; noveno, sin amenazas.
El décimo, releerlo como un responso al pie de su sepultura.
El décimo, releerlo como un responso al pie de su sepultura.
Me enamora tu forma de escribir. Tienes una sensibilidad especial y se nota esa sangre poética que te corre por las venas en cada palabra que escribes. Con qué delicadeza has contado un tema durísimo, dando cuerpo al texto como diez mandamientos que dejan helado al que los lee.
ResponderEliminarTus relatos tienen tu firma. Una firma de alguien que domina la prosa, la musicalidad de la narración, la poesía. Sin exagerar, la mejor poetisa que hay en estos lares de nuestro micromundo. Todo esto se debe a que eres una persona que tiene dentro un corazón azul que no te cabe en el pecho.
Belén, eres un tesoro y yo un suertudo por tener tu amistad para siempre
Te seguiré leyendo, y viendo, y queriendo.
Un besazo bien grande.
Pablo
EliminarY a mí me enamora tu manera de tratar cada texto como si fuera único, con esa sensibilidad que te caracteriza en todo momento, con la firma de lo auténtico, con las palabras precisas colmadas de cálido aliento.
Soy aprendiz de poeta, de la vida…
50 palabras abrieron una brecha de historias y ahora se cierra con una cicatriz azul de felicidad por conocer a personas como tú, por saber que más allá de este espacio nos seguiremos leyendo, queriendo, quedando, riendo y compartiendo tantas vivencias…
Muchísimas gracias Pablo. Tus palabras me han emocionado, me han hecho sentirme en casa, esa compartida tantas veces con tantos amigos y tantos sueños tatuados en nuestra piel.
Un besoabrazo enorme.
Duro microrrelato, Belén. Impacta e incita a la reflexión. Diez poéticos latigazos que son como un testamento. Reivindicarlo a pie de cama, cuando llega la agonía, es una muestra de implicación en la lucha contra esos pecados. Una lucha que es de todos y que es intemporal. Enhorabuena.
ResponderEliminarHa sido un placer conocerte y poder leer tus relatos en mi corta experiencia como cincuentista.
Espero seguir leyéndote en el futuro (en otros foros).
Un fuerte abrazo.
La dureza de la vida a veces se hace real en un momento nunca adecuado. Hay que reflexionar en estos momentos tan duros para las personas que lo sufren, para aquellos que desnudan su existencia para aplacar la de otros, para suavizar el dolor a pesar de cargar con su mochila.
EliminarEl látigo de la palabra ayuda a mitigar el pecado y su lucha es tiempo adormecido en la libertad de la tiranía hecha experiencia.
Muchas gracias Josep.
Un abrazo grande.
A mí me hicieron aprender el catecismo de pequeño y no recuerdo estos pecados mortales, pero bien que podrían incluirse, todos derivados de una apariencia de amor que no es tal, sino una aberración dañina, hasta mortal.
ResponderEliminarEs una lástima que quizá no vuelva a leer tus buenas letras en formato cincuentista; por suerte, en cualquier formato son un lujo del que pienso seguir disfrutando, como de tu humanidad.
Un abrazo fuerte, Belén
Hay catecismo de vida cada día. Hay pecados que no lo son y virtudes que pecan de serlo. Hay apariencias que dañan la imagen… Pero hay momentos que nos hacen ser héroes en circunstancias dañinas lejos de la mortalidad y la existencia…
EliminarMuchas gracias querido Ángel un placer tu lectura y comentarios siempre.
Seguro que nos leemos en 50, 100, 200 o todas la palabras que hagan falta.
Un abrazo enorme.
Diez premisas como diez crueles mandamientos que llevan a la protagonista de paseo por el horror hasta la tumba. Una exquisita prosa delicadísima como contraste.
ResponderEliminarTus textos, Belén, siempre nos deleitan y nos sorprenden, en formato cincuentista, en narrativa o en lírica. Tu verbo tiene voz propia allá donde lo encontremos, tu corazón azul derrama tinta de alta calidad literaria y humana. Cuánto agradezco a esta página el privilegio de conocer a personas como tú, querida Belén. Te sigo leyendo y admirando. Y que pronto nos volvamos a encontrar. Besos.
Toda premisa es compromiso, todo mandamiento ley y a pesar de ello nos rebotamos para huir de un final que no queremos.
ResponderEliminarSeamos latido de vida libre, sin aditivos que nos condenen, sin esa sensación que nos lleva a la muerte, sin ese final no escrito...
Muchas gracias mi linda Carmen, la admiración es mutua, la lectura, el encuentro y la sonrisa siempre.
Un beso de arcoíris.